CONVERSATORIO SOBRE DIVERSOS TEMAS ALREDEDOR DE LA REUNIÓN CELAM 1968.  Olga Lucia Álvarez Benjumea ARCWP*


Siempre que nos reunimos para conversar y reflexionar con mi hermano y amigo Fernando Torres Millán, compañero de muchos años en la aventura de mi vida, por los caminos empedrados, vacíos y peligrosos al servicio de nuestra Iglesia, me queda la responsabilidad de escribir y compartir lo que vivió, como mujer laica, misionera, buscar al infinito, y anunciando su mensaje.

En esta ocasión, viene Fernando con Mery Rodríguez, ambos me bombardean a preguntas y mi alma y memoria, se despiertan y vibran.

Preguntan: ¿Qué fue para ti, la reunión de Medellín? ¿Cómo llegaste ahí? ¿Cuál fue la participación de los laicos, y el papel de las mujeres, en dicha reunión? Consecuencias y futuro.

Respondo: Antes de iniciar, comparando mi dolor y mi tristeza, por la situación vivida de la Iglesia en la visita del Papa Francisco a Chile … frente al caso del obispo Barros y su respuesta. Me pregunto: ¿la manosean la información a Francisco? ¿Se la ocultan o tergiversan? «¿Se la dan a medias?» «¿Corre peligro Francisco, está amenazado?». Los gestos del padre Francisco y sus recursos, hijo de Evangelio, nos desafía, pero no nos podemos quedar en solo gestos y palabras, tenemos que llegar a la acción de hechos concretos:   «En la Cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos. Ustedes hacen y cumplan lo que ellos digan, pero no los hacen, porque dicen y no hacen … Mateo 23: 2-3 … «; Marcos 12: 38-40 …;

Disculpen y pasemos a lo que vinimos.

Llegué a trabajar como secretaria en la Conferencia de Medellín, por mi vinculación a UFEMI (unión femenina de misioneros), (hoy Usemi, unión seglar de misioneras) movimiento fundado por Mons. Gerardo Valencia Cano. Eramos 4 secretarias, 3 mujeres y una religiosa de la Compañía de María, la Madre María Agudelo, ODN una de las primeras filósofas que hubo en el país.

La reunión se venía preparando desde más hacia un año. Correspondencia va y viene con los consultores, asesores y peritos. Las invitaciones a las diversas conferencias episcopales, a los miembros de la CLAR. Hubo buena representación de la CLAR, con la presencia de Superioras Generales, recuerdo a la Madre Margarita Ochoa, de las Misioneras de la Madre Laura, la Madre Salazar, del Sagrado Corazón.

Como secretaria, puedo decir, que los escritos, que me toco leer, transcribir sus borradores y correcciones, los aportes al Documento Básico que iban y regresan, los que repartían entre las 3, su contenido me gusta y era como soñar y descubrir el sentir de Iglesia. Una iglesia pensante, preocupada por las necesidades de los fieles, sin atropellos a su cultura e identidad.

El aporte de los obispos misioneros, apoyados por el departamento de Misiones del Celam, cuyo presidente era Monseñor Gerardo Valencia Cano, y su Equipo como Mons. Proaño, Samuel Ruiz, agentes pastorales como P. José Comblín, P. Leonardo Boff y P. Gustavo Gutiérrez.

Antes de la reunión de Medellín, tuvo ocasión el Encuentro de Melgar, en Abril 20-27 de 1968, » I Encuentro Latinoamericano en territorios de Misión, sobre pastoral misionera» . En mi opinión, el documento que desde que salió la clave, para mantener el dinamismo, de los aportes del Concilio Vaticano II, en especial Gaudium et spes en su rico contenido pastoral-antropológico, y Populorum Progressio  que bien se puede percibir en los resultados de Medellín.

El aporte de los laicos y las mujeres en aquel entonces, digamos fue invisible. Estaban hablando por nosotras / os, los expertos -todos varones-, además de tener que sentir como palabras clave como: «hombre», «pobres», como / incluidos, como … se acepto sin cuestionamiento alguno.

Tanto las mujeres, como los pocos presentes laicos, y los participantes de otras iglesias, la reunión, su ectembre étnico, que se comentan que hubo una protesta de clausura de la reunión, hecho que no fue mencionado, fueron observadores, sin voz y sin voto. Y no mencionemos la ausencia de las etnias y los afros.

¿¿¿Comenzar a darme la cuenta del valor y la fortaleza del documento, como mujer?

Soy sincera, entre los años 75 y los 80, hubo un gran aumento del sentimiento y despertó la mujer y comenzó a leer la historia de las mujeres en la Biblia. Nos ayudaron en eso entonces, la Comisión Mujer e Iglesia de la CRC, con Graciela Melo (qepd) con Alicia Winter y allí supieron que venía una teología mexicana María del Pilar Aquino a dar unas charlas, en las Eclesiásticas, (jesuitas) uno de los temas era el Documento de Medellín. Ahí le escuché comentarios muy finos, respecto a las ausencias del documento. Terminé su exposición, me acerqué y le comenté que había sido una de las 4 secretarias, y la forma cómo desechamos, el contra-documento que me tocó para recibir el Obispo Luis Eduardo Henríquez de Venezuela. Su único comentario fue: «Escribe, contando eso».En ese momento,

¿Qué hiciste después de la reunión de Medellín?

Estuve trabajando en la oficina de Monseñor en Buenaventura. Nunca conocí un Monseñor de mitra, báculo, ni color morado. Para el sacristán de la catedral (Don Jesús), si debió ser muy fuerte, cuando lo vi llegar del concilio, exclamó haciéndose la bendición: «Dios mío, Monseñor se enloqueció, viene vestido de hombre».

Un domingo, Gerardo, me llama y me dice: «Te necesito en Bogotá, vamos a abrir una oficina, para conocer la Teología de la Liberación».

El, mismo me busco, donde hospedarme; la Residencia de Monseñor Camargo, regentada en ese entonces por las Hnas de la Presentación, en el Barrio San Antonio-Bogotá.

Nos dieron un espacio en el antiguo ICODES (Instituto Colombiano de Desarrollo Social) y la oficina se llamaba asi: «Teología de la Liberación». Desde ahí se compartió a nivel latinoamericano toda la información que llegaba narrando experiencias vividas en lo que se conocía como las Comunidades Eclesiales de Base, con la Metodología del: ver-juzgar-actuar, como los conocidos folletos de «Delegados de la Palabra», que nos venía de Centro América. Se hicieron Simposios, en la que participaban teólogos, venían de otros países, como Juan Luis Segundo. En la oficina, Camilo Moncada, quien fungia como director, se viajaba por diferentes países, se proporcionaba a través de su sabia y modesta pedagogía, la metodología del cómo se aplicaba. la Teología de la Liberación (Documentos de Medellín) en la pastoral y las catequesis.

Se contaba con apoyo del CICOP una Ong. del Episcopado Americano, bajo la dirección del P. Michele Colonose. Adveniat, Missereor, y otras. Los bloqueos y represalias, no largas en hacerse sentir. Un libro que salga del ICODES, y buscar otro espacio (una casa en la calle 37 con 13A), se le cambia el nombre. Un nombre que no dice «nada»; Servicio Colombiano de Comunicación Social, SCCS, pero sí está trabajando T de la L. Estando en esa casa, recibió la noticia del accidente de Gerardo (Enero 21 de 1972).

Los recursos son suprimidos abruptamente. Tenemos que desocupar y buscar otro espacio. Nos alquilan un espacio, en la Cra 16 Nro. 39A78. Camilo, se retira a trabajar en la Librería América Latina, queda solo US $ 5000 con los trabajados durante un año duro. Recientemente, después de escuchar esta parte de la historia, que estoy compartiendo, me miré un obispo emérito, en la Asamblea de Pax Christi, en Alemania; Mons. Meinoulf Demmel, Diócesis Essen, que siendo él, de las directivas de Adveniat, habian recibido la orden del cardenal (colombiano), para suspender toda la ayuda en América Latina, para el desarrollo de la T de la L.

Valga la pena recordar esa época 1979, varias allanadas varias instituciones de carácter social-religioso-educativo, como el CINEP (detenidos los jesuitas), Casa de la Juventud (de los jesuitas), Dimensión Educativa (salesianos), la Parroquia Alemana y el SCCS. (Camilo fue detenido). Personalmente tuve que salir del país. Se nos atacaba, con el decir que la Teología de la Liberación era comunista-socialista, que sus argumentos era la influencia de las ciencias sociales …

En las tardes pasaba a la Librería a contarle a Camilo, los eventos de la oficina. Religiosos, religiosos, laicos, vienen a la oficina a buscar información y documentación, invitan a sus sitios de trabajo, a los misioneros y a las misioneras.

Un día fueron a buscar a Camilo, unos conocidos de Argentina, CELADEC (Consejo Ecuménico Latinoamericano de Educación Cristiana) eran José María Serra (ex sacerdote) y Alfredo Paiva, es esta institución, quien nos ofrece una alianza ya trabaja unidos se dijo. Es así como se retoman los trabajos a nivel nacional e internacional, se apoyan la reconstrucción de Nicaragua, haciendo presencia, participando en las brigadas internacionales, dando talleres intensivos a maestros, padres de familia, a campesinos, en Educación Popular. Se recibió apoyo de Misiones Agrícolas del Concilio Nal. de Iglesias de EE. UU., había un trabajo cercano a la ANUC (Asociación Nal. de Usuarios Campesinos).

El apoyo de la Iglesia alemana, fue y sigue siendo, una referencia para el trabajo, pos-Medellín, incluyendo el apoyo de las instituciones protestantes de caracter ecuménico. El ser ecuménico, también nos acarreo muchos tropiezos, porque para la oposición fue el mismo ser comunista que ser ecuménico. Por ello, me prohibió volver a Granada y sus alrededores-Meta, por orden de Monseñor Coronado.

El bloqueo al trabajo, también repercutió, sobre algunos misioneros y misioneras, como las Usemis, quienes trabajan en la Sierra Nevada-Santa Marta, los llamados Mons. Roy Villalba, Obispo de Valledupar, para decirles que el cardenal le había dado la orden de las tareas de trabajo con los indígenas, y que se dirigía a la siguiente reflexión: «Soy español, conozco el trabajo que hacen, como les voy a sacar de su propia tierra, sigan trabajando, ustedes no saben nada … «

Esas fueron algunas de las consecuencias de su vida y el Evangelio, según lo reflexionado en los documentos de Medellín.

Me preguntó por el futuro.

Hay un renacer en catacumba, a través de las Comunidades Eclesiales de Base, hay quienes se dan el lujo de las negarlas, pero yo, las siento y las vivo, están presentes. A la Iglesia, los laicos, los marginados / as, los excluidos / as, los rechazados / as, cada vez la hace más visible y potente, sin clericalismo, siento en las CBE, el aroma suave y fresco de una Iglesia en Primavera.

* Presbitera católica romana.

 

Enero 20 del 2018

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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