Los trabajadores estadounidenses en pie de lucha, de Florida a California


 

Publicado 12/10/2012
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Publicado el 12 de octubre de 2012

Amy Goodman

La gran recesión de 2008, que trajo aparejada la crisis económica mundial en la que estamos sumergidos, arrasó con los ahorros de toda la vida de muchas personas y para millones de individuos significa una amenaza inminente de desempleo crónico. Esto sucede mientras las arcas de los grandes bancos estadounidenses y también de las grandes empresas que no pertenecen al sector financiero gozan del nivel de efectivo disponible más alto de toda la historia. Si bien la tasa de desempleo continúa siendo elevada, y a pesar de la preocupación que genera luchar para llegar a fin de mes, muchos trabajadores en Estados Unidos están tomando las riendas del problema y exigen mejores condiciones laborales y aumentos salariales. Se trata de los trabajadores que no son mencionados en los debates presidenciales, que no son invitados a los lujosos estudios de las grandes cadenas de televisión. Son los trabajadores de Wal-Mart, la mayor empresa privada de Estados Unidos; son los recolectores de tomate de Florida. A pesar de contar con escasos recursos, armados de valor y con la convicción de que merecen mejores condiciones laborales, los trabajadores se están organizando y están logrando resultados.

Esta semana, los trabajadores de Wal-Mart lanzaron la primera huelga contra la gigante de venta minorista en 50 años de historia de la empresa. Realizaron manifestaciones y piquetes en 28 tiendas en 12 estados. Muchos de estos trabajadores no sindicalizados afrontan represalias de la empresa, a pesar de estar protegidos por la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo. Los huelguistas están organizados en “OUR Walmart” (nuestro Wal-Mart), sigla en inglés que significa “organización unidos para exigir respeto en Wal-Mart”, que se creó con el apoyo del Sindicato de Trabajadores del Sector Alimentario y Comercial. Los miembros de OUR Walmart protestaron frente a la “Reunión para la Comunidad de Inversores 2012” en Bentonville, Arkansas, para exigir que la empresa detenga las represalias contra los empleados. El grupo prometió tener una presencia importante en todas las tiendas de Wal-Mart a nivel nacional en el llamado ‘Black Friday’, el día siguiente al Día de Acción de Gracias, que es, a su vez, el día de mayor venta en las tiendas minoristas en todo el año. Los trabajadores han logrado un apoyo considerable de aliados que están prontos para unirse a su lucha, como la Organización Nacional para las Mujeres.

A lo largo de su historia, las prácticas empresariales de Wal-Mart se han caracterizado por tercerizar determinados servicios a otras empresas, como las tareas de depósito y entrega a domicilio. En Elwood, Illinois, los trabajadores del depósito empleados por la empresa subcontratada por Wal-Matr, RoadLink, se declararon en huelga inmediatamente después de que una huelga similar fuera iniciada por trabajadores en California. Según el grupo Warehouse Workers for Justice (WWJ), “los empleados de los depósitos trabajan a temperaturas extremas y levantan miles de cajas que pueden pesar hasta 110 kilos cada una. Los accidentes en el trabajo son frecuentes y los trabajadores rara vez alcanzan a ganar el salario mínimo o cuentan con las prestaciones sociales básicas”.   Más

© 2012 Amy Goodman
Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

Los obispos han hablado


José Arregi, teólogo

oct102012

 

El Blog de José Arregui

Por fin, los obispos han hablado sobre la crisis, y no sé si debemos darles la enhorabuena, pero al menos debemos agradecerlos su declaración, por tardía y tímida que sea, y por mucho que la hayan camuflado y condicionado, desnaturalizado y rebajado en una polémica política ajena al tema: la sagrada unidad de la “nación española”.

Han aprovechado que el Manzanares pasa por Madrid o la senyera ondea en Cataluña para hablar de lo que, al parecer, importa más a la cúpula del episcopado español: el movimiento independentista catalán o vasco. Han mezclado churras con merinas, intencionadamente tal vez para despistar al personal o desviar la atención de lo realmente importante. Eso ha sido una pena. (Los obispos catalanes, claro está, se han desmarcado).

Pero dejemos esa cuestión. Pienso que los obispos son habitualmente demasiado locuaces, aunque lo malo no es que hablen, sino de qué hablan y cómo lo hacen. Hablan sin cesar, por ejemplo, de la familia, como si ellos fueran los únicos guardianes de la verdadera familia –ellos que no conocen los gozos y angustias de criar unos hijos, más si cabe en estos tiempos–.

Hablan sin cesar del matrimonio homosexual, y lo reprueban como contrario a la naturaleza y a la ley inmutable de Dios, como si ellos conocieran toda la naturaleza y como si Dios tuviera alguna ley inmutable fuera del amor, como si el amor no fuera la esencia de toda ley, la vocación de la naturaleza, el misterio de Dios.

Y hablan sin cesar de la enseñanza de la religión católica en la escuela pública y la reclaman, como si la religión que ellos enseñan no fuera precisamente lo que aleja a la gente de toda religión.

Pero hay cuestiones de las que debieran hablar a tiempo y a destiempo, a fondo y en detalle, y de las que, sin embargo, habitualmente callan o tratan en términos demasiado generales y vagos: la justicia social, la injusticia vigente, la economía alternativa… O esta situación que padecemos y que llamamos “crisis económica”.

Sobre esto, los obispos, con honrosas excepciones, han callado con un silencio que ofende a la gente más pobre y más numerosa cada vez. Han callado con un silencio que afrenta al Evangelio. Han callado con un silencio que clama al cielo. Nicolás Castellanos, un obispo que dimitió hace años para irse a Bolivia y darse a los últimos, dijo recientemente: “No sé por qué la Iglesia española guarda silencio; es el momento de denunciar como los profetas”.

Pues bien, por fin han hablado, y justo es reconocerlo. Y son de agradecer algunas afirmaciones claras y tajantes, como ésta: “Las autoridades han de velar por que los costes de la crisis no recaigan sobre los más débiles, con especial atención a los inmigrantes”. O esta otra: “Hoy deseamos pedir a quien corresponda que se dé un signo de esperanza a las familias que no pueden hacer frente al pago de sus viviendas y son desahuciadas”.

Pero, aparte esas dos concreciones importantes, encuentro que la Declaración de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, después de tanto silencio, se queda muy corta de contenido. Y no por falta de extensión (más de 2.000 palabras, y otras 1000 palabras en el anexo político sobre los nacionalismos periféricos), sino por falta de concreción en la denuncia y en las propuestas, por vaguedad e indefinición en el llamamiento a la conversión, la fe, la esperanza y la caridad. Y en toda la declaración subyace una apenas velada invitación a la resignación y al espíritu de sacrificio de los ciudadanos.

¿Por qué han callado tanto los obispos y por qué, cuando han hablado, no lo han hecho de manera más incisiva, señalando responsabilidades, ofreciendo criterios, sugiriendo pautas, inspirando una esperanza concreta y activa, como haría Jesús? ¿Por qué no lo hacen? ¿Será –sería terrible– que la Iglesia institucional tiene poderosos intereses ligados a los más poderosos, a los grandes bancos y a las subvenciones del Gobierno? No puedo reprimir la pregunta: ¿La Conferencia Episcopal Española se andaría con tantos remilgos si gobernaran los socialistas en vez de los populares?

Dirán que la situación es compleja. Claro que la situación es compleja y que la solución no es fácil, y que no basta con enunciar grandes principios como yo estoy haciendo, pero han de saber que no solo los principios sino también las concreciones de la justicia son infinitamente más sagrados e inviolables que los grandes dogmas, todos ellos tan relativos y contingentes, tan discutibles.

Dirán que hay que ser realistas. Claro que hay que ser realistas, pero resulta incomprensible que apelen al realismo cuando están en juego el trabajo, el sueldo y la vivienda de toda una generación, y que sean tan poco realistas, por ejemplo, con el sexo, el aborto o la eutanasia; y, sea como fuere, no hace falta saber mucha economía para dudar de que sea razonable un gobierno que rescata a unos bancos endeudándose con otros o incluso con los mismos que rescata, y que dedica la mitad de los ahorros obtenidos con los recortes sociales a pagar los intereses de los créditos de los bancos rescatadadores o rescatados, y la otra mitad a pagar los subsidios del paro provocado por sus recortes sociales. ¿Es eso realismo económico o es la parábola de la perversión del sistema y de la necedad de los gobernantes?

Dirán que todos somos responsables. Claro que lo somos, por haber codiciado y derrochado tanto, pero es mucho mayor la responsabilidad de individuos y de empresas que durante décadas nos han animado a ello y así han amasado ingentes fortunas, y la responsabilidad de quienes hoy todavía siguen ganando más y más a costa de la pobreza creciente de la mayoría, y eso no se puede tolerar.

Que los obispos sigan hablando, pues, pero lo hagan con más claridad y valentía, aun a riesgo de equivocarse. Que condenen de manera mucho más contundente la mayor infamia de nuestros tiempos y de todos los tiempos: este sistema capitalista neoliberal basado en el mayor lucro.

Que denuncien de manera unánime y firme esta dictadura universal que hace que el 0,16% de la población mundial sea dueña del 66% de los ingresos mundiales anuales, y hace que en España 1.400 personas (el 0,0035% de la población) controle recursos equivalentes al 80,5% del PIB, e hizo que en el año 2010 las 35 empresas más grandes de España hubieran aumentado sus beneficios en un 24% respecto del año anterior, mientras que los trabajadores se hicieron un 2% más pobres. Que digan bien alto que hablar de democracia mientras las cosas estén así es una farsa.

Que enseñen lo que el Vaticano II enseñó con tanto énfasis: que los bienes de la tierra pertenecen a todos, y que el que acumula roba, y que “quien se halla en situación de necesidad extrema tiene derecho a tomar de la riqueza ajena lo necesario para sí”. Que recuerden el dicho de los Santos Padres: “Si no socorres al necesitado, lo matas”. Que imaginen lo que hubieran enseñado todas las Santas Madres si se les hubiera dejado enseñar, ellas que engendraron y dieron a luz tanta vida con tanto dolor.

Que anuncien el “Reino de Dios” que Jesús anunció con la misma unción y el mismo fuego de Jesús. Y que no olviden que el Reino de Dios ha de hacerse en la tierra, como Jesús pensaba.

Para orar.

GRACIAS, PORQUE NOS NECESITAS


En tu silencio acogedor,
nos ofreces ser tu palabra
traducida en miles de lenguas,
adaptada a toda situación.
Quieres expresarte en nuestros labios,
en el susurro al enfermo terminal,
en el grito que sacude la injusticia,
en la sílaba que alfabetiza a un niño.

En tu respeto a nuestra historia,
nos ofreces ser tus manos
para producir el arroz,
lavar la ropa familiar,
salvar la vida con una cirugía,
llegar en la caricia de los dedos
que alivia la fiebre sobre la frente
o enciende el amor en la mejilla.

En tu aparente parálisis,
nos envías a recorrer caminos,
somos tus pies y te acercamos
a las vidas más marginadas,
pisadas suaves para no despertar
a los niños que duermen su inocencia,
pisadas fuertes para bajar a la mina
o llevar con prisa una carta perfumada.

Nos pides ser tus oídos,
para que tu escucha tenga rostro,
atención y sentimiento,
para que no se diluyan en el aire
las quejas contra tu ausencia,
las confesiones del pasado que remuerde,
la duda que paraliza la vida,
y el amor que comparte su alegría.

Gracias, Señor, porque nos necesitas.
¿Cómo anunciarías tu propuesta
sin alguien que te escuche en el silencio?
¿Cómo mirarías con ternura,
sin un corazón que sienta tu mirada?
¿Cómo combatirías la corrupción
sin un profeta que se arriesgue?

(Benjamín González Buelta, SJ)

 

http://www.redescristianas.net/2012/10/10/los-obispos-han-habladojose-arregi-teologo/

El clero de Huelva renuncia a su paga de Navidad por los más desfavorecidos


El clero de Huelva ha anunciado que va a renunciar a la paga extra de Navidad para ayudar a las familias que más lo necesitan. Así lo ha informado el Obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco para el que en su opinión, en un contexto de situación de crisis, demanda que «el esfuerzo que se viene haciendo no decaiga, sino que se intensifique», por lo que ha agradecido el trabajo de las personas que están en las Cáritas parroquiales y de los sacerdotes que están tan cerca de los pobres». Ha subrayado que se sigue necesitando de «más ayuda» y anima a «denunciar el egoísmo que puede aprovecharse de las personas en esta crisis y de hacer un llamamiento más fuerte, los sacerdotes hemos acordado prescindir de la paga de Navidad para destinarla a las familias más necesitadas, que lo están pasado peor, invitando también a las personas que quieran sumarse a esta iniciativa a que lo hagan».

Porque no sólo es la Navidad la mejor época del año para prescindir de ciertos privilegios cotidianos, la solidaridad con los demás tiene que ser una actitud cotidiana, aún así no está de más que cuando la Iglesia hace un acto de bondad caritativa se le reconozca y no se le quite el valor que intrínsecamente tiene.

Zenón de Elena

 

http://www.religionconfidencial.com/zoom/078284/el-clero-de-huelva-renuncia-a-su-paga-de-navidad-por-los-mas-desfavorecidos

COLOMBIA DESDE SU SOLEDAD


Por: ALONSO USSIA
COLUMNISTA DEL PERIÓDICO “OPINIÓN”-ESPAÑA
Me confieso un enamorado de Colombia. No se habla mejor español en el mundo. Y no es preciso acudir a un colombiano de la clase alta y mejor cultivada para oír la belleza de su lenguaje. El dominio y el donaire de la palabra están en todos sus habitantes. Colombia es una nación grande y rica, con dos  tragedias que nunca terminan, el narcotráfico y sus dos (2) variantes o expresiones armadas: las Bacrim (bandas criminales), secuelas de las antiguas AUC (grupos paramilitares o de «autodefensa) y los grupos guerrilleros (FARC y ELN).
Quizás la tragedia sea sólo una con dos caras diferentes de  muerte y ruina. Sin la guerrilla no existirían otras bandas y  fuerzas paramilitares que enredan aún más el drama.
Colombia es una nación injustamente desprestigiada. Cierto es  que la inmensa red del narcotráfico usa a decenas de miles de inmigrantes naturales para extender el terrible negocio de la  droga. Pero otras decenas de miles de colombianos, que nada tienen que ver con las grandes empresas de la muerte, son  tratados y recibidos como si fueran delincuentes.
Colombia, que es una de las naciones más acogedoras, hospitalarias y cultas de América, es un país que ha asumido  su soledad. Me pregunto –y me respondo- si todo el esfuerzo  económico y humano que se ha empleado en Irak no hubiese  tenido más justificación en Colombia,Colombia no se merece sufrir lo que está padeciendo.
La guerrilla que así misma se autodenomina «revolucionaria» (?), las llamadas FARC, ese ejército  comandado por «virtuosos asesinos», ocupa una  buena parte de su territorio. El gobierno del Presidente Juan Manuel Santos le ha asestado golpes muy fuertes a estos facinerosos, que a nombre de la «revolución» cada día agreden al pueblo colombiano, que no ha contado con el apoyo ni la solidaridad de los gobiernos de otras naciones, que observan impávidos como se masacra a la población impunemente. Pero nadie en el mundo  occidental ha reaccionado !
Colombia no es tratada como una democracia más, sino como un sistema distinto.  Está sola y hemos dejado solos a millones de colombianos pacíficos, honestos, y trabajadores. ¿Por qué contra Sadam Husein y no contra Cano y su ejército de criminales?.
Una considerable proporción de los llamados “guerrilleros” no saben ni para qué luchan. Un sistema perverso y estalinista los ha hecho presas de su crueldad y ha logrado desprestigiar una patria noble y ansiosa de llegar a la paz.
Cierto es que el nuevo mandatario de los colombianos, Juan  Manuel Santos, ha querido abrir la puerta para un eventual diálogo con estos asesinos crueles, en aras de encontrar un cese a este conflicto interminable, pero la realidad es no hay diálogo posible con la arrogancia que deriva del fusil, el coche-bomba y el dinero de la cocaína. Los terroristas tienen que sentir que el Estado los va a derrotar,América Latina y el mundo deberían unir sus voces de rechazo a estos astutos y desalmados criminales que desangran a un país que ha resisitido con valentía y dignidad el embate del terrorismo más infame y cruel.
Son muchos los años que han transcurrido y el Estado colombiano no parece capacitado para terminar con el terrorismo, que allí no es grupo sino ejército, con un potencial extraordinario y el apoyo constante del gran negocio por el cual Colombia se ve desprestigiada,los países consumidores agachan la cabeza y señalan,cuando son ellos los culpables por ser quienes ponen los capitales y los consumidores.
¿Cuántos colombianos tienen que morir, además de las decenas de miles de ellos asesinados o caídos en la selva luchando contra los terroristas, para que el mundo occidental reaccione? ¿Acaso la existencia de esos ejércitos asesinos favorece intereses ocultos en los países más poderosos de la tierra?,las armas que se les vende a escondidas a estos desetabilizadores terroristas?,será ese uno de los motivos?
Colombia se muere porque se siente sola. Colombia emigra porque las circunstancias han hecho que allí la vida no se incluya en la relación de los derechos fundamentales. Por mucho que haga el Estado y por admirable que sea el coraje cívico de sus dirigentes, el camino para alcanzar la paz y la rendición del terrorismo se adivina largo y penoso.
A uno, personalmente le duele mucho más la tragedia de Colombia que la de Irak.  Los colombianos son los nuestros, o mejor escrito, aún mejores que los nuestros. Si hay que actuar con la fuerza en algún lugar para lograr la paz, allí está Colombia,enhiesta y digna.
La bellísima nación de gente buena que nos da día tras día, una  lección de valentía desde su soledad.Un país desprestigiado como el que más,pero hermoso,culto acogedor y valiente que no se merece la suerte que corre ni la mala fama que lleva en sus espaldas.Son muchas más las cosas lindas con que cuenta este bello país que por tener males tan endémicos sufre,esperamos verla levantando la cabeza y saliendo adelante.!!!ADELANTE COLOMBIA LEVÁNTATE Y SURGE COMO EL AVE FENIX PARA QUE LOS QUE NO SOMOS TUS HIJOS,PERO QUIENES TE AMAMOS Y TE RESPETAMOS, PODAMOS VERTE COMO LA GRAN PATRIA VALIENTE Y HERMOSA QUE ERES.
ALONSO USSIA

Vaticano II, una puerta abierta (que nadie logrará cerrar)


12.10.12 | 10:37.

Juan XXIII convocó el Concilio con fines pastorales, no dogmáticos, a diferencia de lo que solía suceder en los primeros tiempos de la Iglesia. Su finalidad no era corregir errores o condenar doctrinas falsas, sino exponer la fe común y animar la vida de los creyentes en las nuevas condiciones culturales y sociales de la modernidad.

Lo convocó sin metas preconcebidos, llamando a los obispos de la Iglesia católica e invitando a teólogos de diversas tendencias (algunos de los cuales habían sido condenados en tiempo de Pío XII), y quiso que se celebrara ante observadores de otras iglesias y comunidades cristianas, como un encuentro de la Iglesia consigo misma y con el mundo. Quizá no sabía del todo lo que podía ser, pero se arriesgo… y fue el mayor acontecimiento cristiano de los últimos siglos.

Se celebró bajo la presidencia del Papa (Juan XXII y después Pablo VI), con gran libertad cristiana, aunque, como es lógico, en medio de tensiones, que aún siguen abiertas. Comenzó hace cincuenta años (11 de Octubre de 1962), y fue inmensamente renovador, aunque tuvo que hacer “concesiones” a los grupos más tradicionales, para lograr un consenso.


Fue una semilla de evangelio, que todavía (tras cincuenta años) no ha logrado fructificar, pues hay varios grupos que han querido y quieren impedirlo, especialmente los “poderes establecidos” del sistema de la Curia Vaticana, que quieren mantener su privilegios y sus estructuras de hace mil años (desde la Reforma Gregoriana del siglo XI d. C.).

Quizá lo hacen “por bien” (es lo que conocen, quieren conservarlo), pero da la impresión de que no quieren arriesgarse (convertirse: Mc 1, 14-16) y vivir el evangelio en pleno mundo, como quiso la mayoría de los “padres” del Vaticano II, cuyas sesiones, documentos y temas quiero hoy recordar, en homenaje a lo que el Concilio ha sido y sigue siendo para nosotros, los que nacimos con él a la vida adulta del cristianismo.

En ese sentido digo que el Concilio ha sido y sigue siendo una puerta abierta, que nadie logrará cerrar, como sabe y dice Ap 3, 8.

Sesiones.

‒ 1ª sesión 1962. Documentos inadecuados. Se empezaron estudiando y votando esquemas de tipo tradicional, sobre liturgia (De sacra liturgia que luego se llamará Sacrosanctum concilium), revelación (De fontibus revelationis, que luego será Dei Verbum) e Iglesia (De Ecclesia, que luego se llamará Lumen Gentium) etc. Pero los padres conciliares se hallaban divididos, tanto por la amplitud como por el sesgo de los documentos, que parecían de tipo clerical y jurídico, en una línea teológica antigua. Por eso, tras largas y acaloradas discusiones, con apoyo del Papa Juan XXIII, se decidió preparar unos esquemas distintos, de tipo pastoral, ajustados a la nueva situación del mundo y de la Iglesia.

‒ 2ª sesión. 1963. Liturgia y medios de comunicación. El 3 de junio del 1963 murió Juan XXIII, y el 21 de ese mismo mes fue elegido papa el cardenal Montini, que tomó el nombre de Pablo VI, anunciando que el concilio continuaría, como sucedió, del 29 de septiembre al 4 de diciembre. En esta segunda sesión, ya en la línea de las indicaciones anteriores (con nuevos esquemas básicos), se discutieron los temas referentes a la Iglesia y al ecumenismo. Sólo se aprobaron los documentos que parecían entonces menos conflictivos (aunque ahora, año 2012) resultan centrales, aunque quizá necesitan ser retomados y retocados: Sobre la liturgia y sobre los Medios de comunicación.

‒ 3ª sesión 1964. Libertad religiosa, nueva visión de la iglesia. El Concilio decidió que el tema de la Virgen María no fuera objeto de un documento independiente, sino que se incluyera en el de la Iglesia. Se aprobaron las bases del documento sobre la Revelación, en línea ecuménica, y se estudió de manera apasionada el “Esquema XIII”, sobre la Iglesia en el mundo (que sería aprobado en la sesión final con el título Gaudium et Spes). Se discutió también con dureza, el tema de la libertad religiosa, que marcó un hito en la visión del cristianismo: la mayoría de los padres quiso que en vez de partir de la autoridad de la Iglesia se empezara tratando de la libertad de las personas (como en la Constitución USA del año 1776). Antes que el derecho (y tarea) de la iglesia está el de las personas. Al final de la sesión se aprobaron varios documentos esenciales: la constitución Lumen gentium (sobre la Iglesia) y los decretos sobre el ecumenismo y las Iglesias orientales.

‒ 4ª sesión.1965. Una iglesia distinta. Esta sesión se extendió del 14 de septiembre al 8 de diciembre. Se discutieron de nuevo los documentos sobre la Libertad religiosa y sobre la Iglesia en el mundo actual, hasta su aprobación. Pero la mayoría de los documentos (que indicaré a continuación) habían sido preparados ya de tal forma que no necesitaban mayores discusiones, sino que pudieron aprobarse por una mayoría conciliar, cuya visión del mundo y de la Iglesia había ido cambiando sensiblemente, a lo largo de cuatro años de sesiones e “inter-sesiones”, con una gran aportación de las comisiones teológicas. El conjunto de los obispos acabaron pensando de un modo distinto: En cuatro años había cambiado el rostro jerárquico de la Iglesia, de manera que muchos obispos habían descubierto cosas que antes no sabían, en actitud de ecumenismo, de apertura al mundo actual y de búsqueda de bases evangélicas.

Documentos

Se distinguen en Constituciones, de más valor doctrinal (que tratan de la revelación y de la vida de Iglesia), Decretos (que se ocupan de algunos aspectos particulares de la estructura de la Iglesia) y Declaraciones (que tratan en especial de las relaciones de la Iglesia con el mundo.

Constituciones dogmáticas, principios del cristianismo

1. Dei Verbum: Sobre la Divina Revelación, trata básicamente de la Escritura y de su recepción en la Iglesia.
2. Lumen Gentium: Sobre la Iglesia, defiende los principios del Vaticano I, pero los amplía en línea de colegialidad y de conciliaridad.
3. Sacrosanctum Concilium: Sobre la Sagrada Liturgia, ratifica la reforma las celebraciones, que ha de hacerse en las lenguas vivas de las comunidades, adaptada a las nuevas circunstancias culturales y sociales.
4. Gaudium et Spes: Sobre la Iglesia en el mundo actual. Éste es quizá el texto básico del Vaticano II: El concilio acepta la realidad del mundo moderno, con el que la Iglesia debe dialogar, superando así casi quinientos años de “recelo” y oposición a la modernidad.

Decretos, temas de Iglesia

1. Ad Gentes: sobre la actividad misionera de la Iglesia en las nuevas circunstancias políticas, culturales y sociales; el primer texto conciliar de este tipo en la historia de la Iglesia.
2. Presbyterorum Ordinis: sobre el ministerio y vida de los presbíteros.
3. Apostolicam actuositatem: sobre el apostolado de los laicos.
4. Optatam Totius: sobre la formación sacerdotal.
5. Perfectae Caritatis: sobre la adecuada renovación de la vida religiosa.
6. Christus Dominus: sobre el ministerio pastoral de los Obispos.
7. Unitatis Redintegratio: sobre el ecumenismo, en línea de ofrecimiento de paz y comunión, a las iglesias ortodoxas, sobre todo a las de tradición bizantina.
8. Orientalium Ecclesiarum: sobre las Iglesias orientales católicas, es decir, vinculadas a Roma; es un texto que debe vincularse con el anterior.
9. Inter Mirifica: sobre los medios de comunicación social.

Declaraciones, temas universales:

1. Gravissimum Educationis : Sobre la Educación Cristiana. Plantea el tema de la maduración humana, dentro de las nuevas realidades sociales y culturales, con la exigencia de un cambio cultural en la Iglesia; sus propuestas aún no han sido desarrolladas plenamente.
2.Nostra Aetate: Sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. Los temas de fondo de este documento se encuentran actualmente en el centro de las discusiones y diálogos de los cristianos con hombres y mujeres de otras tradiciones espirituales, dentro de un mundo plural e interconectado, donde el diálogo se vuelve imprescindible.
3. Dignitatis Humanae: Sobre la libertad religiosa. Fue quizá el documento más discutido del Concilio, pues una parte considerable de los padres conciliares eran contrarios al tipo de libertad religiosa exigido por la modernidad, desde la ilustración; pero al fin se aprobó, sobre bases evangélicas. Este documento se ha convertido en punto de partida del nuevo camino de la Iglesia, aunque tampoco ha sido desarrollado todavía.

Un Concilio abierto

Fue un acontecimiento de gracia. Se celebró en el momento preciso, cuando era ya imposible seguir viviendo del pasado, como vio Juan XXIII, papa carismático, confiando en la capacidad de renovación de la Iglesia y, sobre todo, en el impulso creador de una humanidad en la que Dios está actuando. Supo que el papado era importante, tenía un función única, pero sólo en la medida en que recogía y ratificaba las voces de toda la iglesia (o, quizá de todas las iglesias, incluidas las no católicas), en línea de apertura y de diálogo con el mundo, es decir, con la historia. Éstos son los temas que siguen abiertos tras la celebración del Concilio,pasados cincuenta años:

& Colegialidad.
Ésta fue quizá la experiencia clave del Concilio, el encuentro concreto de unos obispos que, en otro contexto, habían parecido totalmente dependientes del Papa. Reunidos en Concilio, ellos se sintieron responsables de toda la Iglesia, herederos de los «apóstoles», descubriendo así que Pedro (el Papa) no se encuentra fuera, sino dentro del Colegio. Ésta fue una experiencia que debía expresarse en los diversos niveles de la Iglesia:

a. Comunión y compromiso de todos los cristianos, que no son simplemente “auditores”, oyentes, de una palabra ajena, sino portadores de la palabra de Dios, con una capacidad de decisión que nunca debían haber perdido. En esa línea, el Vaticano II descubrió que, en principio, la Iglesia puede y debe superar su organización piramidal (con una autoridad desde lo alto), para recuperar una estructura comunitaria, propia del evangelio, conforme a la doctrina tradicional del “sensus fidelium”, con la certeza de que el conjunto de los cristianos van a mantener vivo el evangelio.

b. Colegialidad de los obispos con el Papa. Éste es un tema que había quedado pendiente desde el Concilio de Constanza (1414-1418), y que ha vuelto a ser central en el Vaticano II. Su texto clave, Lumen Gentium, declara que obispos y Papa son inseparables: ni el Papa puede hablar o actuar por sí mismo (aislándose de los obispos), sino sólo en nombre de ellos; ni los obispos podrán tener autoridad si rompen la unidad de las iglesias, expresada en concreto por el Papa. En esa línea, los responsables de la Iglesia son los obispos, que forman el colegio apostólico, y no los cardenales, que pierden importancia, pues sólo son consejeros y electores del Papa (conforme al Derecho actual).

Dos lecturas del Concilio. 
Acabó el año 1965, pero quedaron planteadas y abiertas desde entonces dos “lecturas”, que no pueden oponerse, aunque en principio resultan muy diferentes.

a. Línea más tradicional. Es propia de aquellos que entienden el Concilio como acontecimiento importante, aunque pasajero, de manera que las aguas han de volver a los cauces anteriores, y que así insisten en la autoridad doctrinal y disciplinar del Papa y en el mantenimiento de las estructuras milenarias de una Iglesia que tomó su forma actual en la Reforma Gregoriana (siglo XI). Ésta es la línea que ha triunfado con el Catecismo (CEC) y con el Código de Derecho Canónico (CIC), que no asumen en realidad el Concilio, sino que se oponen a su desarrollo, por miedo, por falsa tradición (o por deseo de control de la Curia Vaticana). Todo ha podido cambiar con el Vaticano II, pero todo ha tendido a quedar igual, por causa del Derecho Canónico (que en ciertos ambientes parece mucho más importante que el Evangelio).

b. Línea de fidelidad conciliar. Otros han entendido el Concilio como experiencia y principio de transformación, es decir, como un esfuerzo por recuperar las raíces de la Iglesia, tal como se fueron expresando en las diversas etapas del primer milenio, no para copiar estructuras e impulsos anteriores, sino para retomar el modelo de vida del Evangelio. Son los que quieren seguir en la línea de la actualización bíblica, de la recuperación de todas las tradiciones, de fidelidad a los signos de los tiempos, desde el impulso de Jesús, en el principio de la Iglesia. Son los que creen que nadie podrá cerrar la puerta del Evangelio.

Dentro de un mundo en cambios. 
Se estaban iniciando entonces algunos de los cambios más significativos que han marcado la segunda mitad del siglo XX y el comienzo del XXI:

a. Superación del colonialismo eclesial, vinculado, a la conclusión de una forma de dominación política. En ese contexto hay que hablar de la nueva autonomía (e importancia) de las iglesias de América (y también, en parte, de Asía y de África). El predominio del catolicismo europeo y occidental está tendiendo a desaparecer, con unas consecuencias que pueden implicar el fin de mil seiscientos años de historia helenística y latina.

b. Fin de la cultura única de la Iglesia. Los Padres del Vaticano II fueron al Concilio con la herencia de una cultura casi monolítica, de tipo greco-latino y europeo (occidental). Pero al final de su celebración ellos sabían que, aun habiendo estado vinculada por siglos a la cultura de occidente, con sus valores y defectos, la Iglesia tenía que volverse universal, en diálogo con las diversas culturas de la tierra.

c. Un reto social. El Concilio había querido centrarse en unas afirmaciones “dogmáticas”, en línea teológica (como mostraban los documentos preparatorios), pero al final triunfaron las “preocupaciones” sociales y culturales, de presencia en el mundo y de diálogo humano, en medio de una historia dividida entre el capitalismo y las diversas formas de socialismo/comunismo, en un momento fuerte de guerra fría. La Iglesia volvió a saber que tenía un mensaje trascendente (de presencia de Dios), pero supo que ese mensaje resultaba inseparable de la presencia y acción de los cristianos en el mundo.

En ese contexto quedaba (y sigue quedando) abierto no sólo el tema del papado, por lo que significa y lo que ha realizado en los últimos quince siglos de historia cristiana, sino la autonomía real de cada una de las iglesias católicas. El conjunto de la Iglesia ha descubierto que ella debe plantear el tema de su unidad y diversidad de otra manera.

El Vaticano II no ha terminado todavía… Sigue abierto, y seguirá, aunque algunos quieran cerrarlo. La semilla está echada, es semilla de evangelio.

 

http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2012/10/12/vaticano-ii-un-concilio-abierto-que-algu

14 OCTUBRE/12 IGLESIA CATÓLICA INCLUSIVA «SAN ROMERO DE AMÉRICA»


Iglesia Católica Inclusiva «Oscar A.Romero»
Boletín para Domingo, 14 de octubre 2012
28 º Domingo del Tiempo Ordinario

 

Amigos, amigas:

El Martes por la mañana me senté en la sala de la casita donde algunos de nuestros
amigos viven, en espera de la cama que quince personas se reunieron para comprar
para nuestra pareja embarazada joven. La futura madre estaba de pie en la puerta
de la casa y le preguntó lo que el camión se vería así impulsado. Efectivamente los repartidores habían conducido a la derecha a través de la zona con su veintena de casas de migrantes y se ha ido en una sección con una media hogares de clase. Fui a la puerta y agitó los brazos y gritó hasta que
volvimos y nos vio. Los dos hombres de entrega nos ayudó a conseguir la cama-bug-prueba
cubre en el colchón y el somier, y estableció la cama para nosotros. Ellos se veía sacudido cuando se fueron, y me acordé de lo que sentía la primera vez que vio el interior de la casa. Me pregunto qué le dijeron a sus familiares aquella noche?.

Ayer por la noche después de la misa, el joven futuro padre  me dijo que la próxima vez que
nos veamos me va a dar un gran cubo de cebollas y papas para traer a San
José. Así que ya ves, están pasando de la amabilidad. También envían su
gracias a todas las abuelas que han ayudado a hacer que sus noches sean más
cómodas. Se sentía tan bien para compensar esa cama con sábanas, mantas,
almohadas y colcha. Incluso me enseñó nuestra madre joven cómo hacen que el hospital
las esquinas, al tender una cama, al igual que mi mamá me mostró. Muchas gracias a todos los que
han hecho esto posible.

La última noche de Misas era más pequeña que la semana anterior y hemos sido capaces de
mantenerla dentro de una habitación sin usar. Los chicos estaban muy molesto de su
día. No habían pasado dos días sin trabajo (debido al clima) y que
día, como ellos decían, el jefe había tratado de conseguir que hagan tres días de trabajo
en uno. «Nos trabajar como animales», dijeron. El Evangelio fue sobre el
hombre rico que le pregunta qué tiene que hacer para la vida eterna, y que se va
triste cuando Jesús le dice a vender lo que tiene y darlo a los pobres y seguir
él. Hablamos de el Reino de Dios y como no se trata de poder y
riqueza, pero está en el amor entre las personas, los momentos de compartir que hacer
nos hacen más grandes en el interior. Les dije que en el momento de la semana anterior, cuando dos
de los chicos llevaron sus lámparas habitación para nosotros para tener luz para el
Misa fue un momento de Reino de Dios para mí. Hablamos de cómo la riqueza puede
aislar a una persona de ser consciente de su necesidad de Dios, ¿cómo pueden incluso
olvidar que las otras personas son seres humanos y no máquinas o animales o
esclavos. Les instó a recordar que ellos son preciosos, no importa la forma en que
se tratan en el trabajo.

La gente ya está empezando a dirigirse a Florida. Un hombre se va el sábado;
otros habrán desaparecido en dos semanas. El próximo jueves 18 de octubre, que
se tendrá una Misa normal y la semana siguiente, la 25a, tendremos una
fiesta de despedida y una bendición al final de la Misa Por favor oren por nuestros chicos
a medida que viajan y para los que quedamos atrás a medida que la manera de ser
iglesia durante todo el invierno.

En una nota alegre, nuestros amigos Eli Woodbeck Beranek y Alison se casará
el 20 en Grand Rapids, Michigan octubre. Eli era una parte de la St. Joe
comunidad e instrumentales en los primeros meses de St. Romero. Tom
Malthaner y voy a estar allí, que representa a San José. Por lo tanto, NO HABRÁ
NO misa el domingo 21 de octubre. Vamos a reanudar el día 28. Eli y
Alison, bendiciones a medida que se preparan para casarse. Tú iluminas el mundo.

Gracias de nuevo a Anne para escribir este boletín. Mi túnel carpiano es
mejorando, pero lentamente. Estoy muy agradecido por la ayuda!

Bendiciones y amor a todo el mundo, y como siempre bienvenidos a unirse a nosotros
Domingo a las 11. Vamos a orar por nuestro país, mientras nos preparamos para votar. Que seamos
una nación más justa y pacífica, y que podamos elegir líderes que nos ayuden a de ser así.

Cariños a todos,

Chava+  RCWP

Iglesia Católica Inclusiva «OSCAR ROMERO»
Una comunidad inclusiva de la liberación, la justicia y la Alegría
Adorar en la Tradición Católica
    Misa: Domingos, 11 am
Casa de San José de la Hospitalidad, 402 South Ave, Rochester NY 14620

Remitido al e-mail

¿Cómo se celebra el 12 de octubre en meso, centro y suramérica?


Foto: AFP

Servindi, 12 de octubre de 2012.- El 12 de octubre es conmemorado en los países de América con diferentes términos y con distintas expresiones culturales que buscan principalmente reivindicar la resistencia de los pueblos originarios pre-existentes al arribo de la dominación española a este continente que se impuso a sangre y fuego en el continente. A continuación algunas de las principales actividades que se realizan en relación a esta fecha.

 

México

El Movimiento Indígena de Michoacán marchará en Morelia el 12 de octubre, para protestar por 520 años de lo que denominan “desgracia, impunidad, injusticia y marginación” en la que han vivido y además pedirle al Gobierno del Estado solución a demandas ancestrales.

A las 10 de la mañana se congregarán integrantes de 70 localidades de 25 municipios de Michoacán, para pedir que se respeten los derechos de los indígenas.

Venezuela

La conmemoración del Día de la Resistencia Indígena comenzó hoy en Venezuela con el izaje de la bandera nacional en la emblemática Plaza Bolívar de esta capital.

El ministro de Cultura, Pedro Calzadilla, y el Comandante General de la Guardia Nacional bolivariana, general Juan Francisco Romero, presidieron la ceremonia, efectuada a primeras horas de la mañana, junto representantes de indígenas venezolanos.

Denni González, representante del pueblo Wayúu, señaló durante el acto que desde el 2002 se celebra la fecha —frente al día de la raza que se celebraba antes— que se trata de una reivindicación “porque eso no podía ser una celebración, ya que hubo mucha sangre derramada, ese fue realmente el Día de la Resistencia Indígena”.

Colombia

En el marco del cierre de la ‘Semana de la Indignación’ que han adelantado a lo largo de los últimos días se realiza hoy una marcha en la capital colombiana.

De ella participan organizaciones entre las que se cuentan el Congreso de los Pueblos, la Mesa Amplia Nacional Estudiantil (Mane), la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), la Marcha Patriótica y las centrales obreras. Se espera la llegada de las marchas a la Plaza de Bolívar sobre el medio día.

Mientras tanto, más de ocho mil campesinos del Huila se movilizan por las principales calles de Neiva. Con la movilización y el paro nacional se celebra el Día de la Dignidad.

Al sitio arribaron delegaciones de Tello, Baraya, Vegalarga, San Antonio, Teruel, Colombia, y anoche esperaban la representación de Algeciras y de Santana Ramos (Caquetá).

Esta vez los campesinos además de abogar por sus reivindicaciones, quieren también expresar su apoyo a los diálogos de paz. La Semana de la Indignación se celebra del 4 al 12 de octubre.

Ecuador

Desde el 2011, Ecuador celebra el “Día de Interculturalidad y Plurinacionalidad”, declarado así por Decreto Ejecutivo 910.

El decreto señala entre otras cosas, el reconocimiento y rectificación al verdadero significado del acontecimiento del 12 de octubre, establece también, “promover el diálogo entre las diversas culturas y saberes”.

Perú

En el Perú la fecha fue declarada como el “Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural” durante el gobierno de Alan García.

La Comisión Nacional Organizadora convoca a la Tercera Asamblea Nacional de los Pueblos y el Tawantinsuyo para los días 12 y 13 de octubre a realizarse a partir de las 9 a.m. en el Estadio de San Cosme, en el distrito de La Victoria, en Lima.

A partir del medio día del 12 de octubre la asamblea se integrará a la Marcha Mundial por la Madre Tierra, por la Vida, por el Agua y por la Dignidad de los Pueblos convocada por la Conacami.

Bolivia

En Bolivia, desde el 2011 el 12 de octubre es celebrado como el “Día de la Descolonización en el Estado Plurinacional de Bolivia”.

Con la participación de unas cinco mil delegaciones nacionales e internacionales Bolivia celebra hoy el tercer Taki Onqoy o Baile de la Sanació, según informó el ministro de Cultura Pablo Groux.

Cerca de cinco mil delegaciones de distintos pueblos indígenas se reunirán en el Coliseo Julio Borelli para conmemorar el inicio del Taki Onqoy (Taki Unquy), del Pachakuti, fin de una era e inicio de otra, explicó.

El Taki Onqoy es un baile de sanación, una limpia, es asumir que la sociedad está enferma en su espiritualidad y es necesario curarla.

Chile

En Chile, la fecha es conocida como “Día del Encuentro Entre Dos Mundos”, y desde el 2000 se celebra el lunes más cercano al 12 de octubre.

Argentina

Desde el 2010 se conmemora a la fecha como el “Día del respeto a la Diversidad Cultural”.

Hoy se realizará la Fiesta de las Colectividades en la ciudad de Neuquén, provincia homónima. La actividad, organizada por el Concejo Deliberante de Neuquén, contará con la participación de 20 colectividades de distintos países y también de los pueblos originarios.

Las actividades comenzarán a las 20 en el Salón de Usos Múltiples del Concejo, y entre ellas habrá desfiles, danzas, música y exposiciones de comidas y trajes típicos de las distintas comunidades participantes.

 

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María Magdalena y otras mujeres en torno a la tumba de Jesús Comentario al tema de ¿Jesús casado? (V). (439-07)


12.10.12 | 07:23.

Hoy escribe Antonio Piñero

1. El primer Evangelio, el de Marcos, concluye del siguiente modo (16,1-8): tres mujeres, Magdalena, María la de Santiago (¿su madre?) y Salomé van a la tumba de Jesús para ungir su cadáver. La encuentran vacía y se les aparece un ángel que les dice:

No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret… ha resucitado… Id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea: allí lo veréis, como os dijo. Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo.


Encontramos en este pasaje de Marcos una suerte de tríada femenina, de mujeres especialmente afectas con Jesús, al estilo de la tríada masculina de Pedro, Santiago y Juan, los preferidos. Pero observamos también allí que la posible similitud continua con un dato negativo: al igual que la tríada masculina huyó a la desbandada cuando apresaron a Jesús, es decir, fueron cobardes, así la tríada femenina es igualmente cobarde y no cumple el encargo del ángel.
Como se ve, la primera tradición evangélica, la de Marcos –excluyendo a Mc 16,9 por espurio- no dice que mujer alguna fuera la beneficiaria de la primera aparición de Jesús –quienes se les aparece es un ángel-, y niega expresamente que la féminas asumieran la función de transmisoras de tan importante noticia. Con otras palabras: esta primera tradición marquiana no abona en absoluto la imagen posterior de una Magdalena “apóstola de los apóstoles”, ni se demuestra un especial afecto de Jesús por ella ya que no se le aparece tras resucitar.

2. Otras fuentes corroboran que María Magdalena no fue agraciada con la primera aparición de Jesús: Pablo, que escribe su mencionada 1 Corintios 15,5-8 poco más de veinte años después de la muerte de Jesús –por tanto bastantes años antes que los Evangelios- desconoce en absoluto el papel de la Magdalena como primera testigo de la resurrección: Jesús resucitado se apareció en primer lugar

A Cefas/Pedro, después a más de quinientos hermanos a la vez… luego a Santiago, más tarde a todos los apóstoles (los Once/Doce), y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo.

Es claro que Pablo nada sabe de cualquier aparición preferencial del Salvador a la Magdalena. La prelacía de Pedro es evidente para la tradición confirmada por Pablo, quien no tenía interés ninguno en destacarla, ya que Pedro no era precisamente de “su cuerda” desde el punto de vista teológico. Más bien le tenía poca simpatía (véase Gál 2,11-14 donde se alude a un disputa de Pablo y Pedro en Antioquía. Pablo llama falso a Pedro).

3 El abrupto final del Evangelio de Marcos

Ellas salieron huyendo del sepulcro, pues un gran temblor y espanto se había apoderado de ellas, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo (16,8 ).

tan breve, cortante y negativo, en especial para con las mujeres, suscitó una fuerte reacción entre los escritores cristianos posteriores.
Ésta se muestra de varios modos:

• En el intento posterior de añadir un final suplementario al primer evangelio: el texto espurio de Mc 16,9-20;
• En las correcciones a la imagen tan negativa de las mujeres por parte de Mateo, Lucas y Juan;
• Y en afirmar que Jesús también se apareció a ellas.

Lo vemos a continuación.

A. Mateo 28,8 afirma todo lo contrario a Marcos (¡una de las muchas contradicciones de los Evangelios, sobre todo en los relatos de la resurrección!): “Las mujeres partieron a toda prisa del sepulcro (vacío) con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a los discípulos”.

En 29,9 –en contraposición a Marcos- Mateo narra una aparición de Jesús a las mujeres:

En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: “¡Dios os guarde!” Y ellas, acercándose, se asieron de sus pies y le adoraron.

B. Lucas en 24,9-11 sostiene contra Marcos que las mujeres sí cumplieron con el cometido encargado por los ángeles (en Lucas son dos, no uno como en Mateo):

Regresando del sepulcro anunciaron todas estas cosas a los Once y a todos los demás. Eran María Magdalena apóstoles eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas. Pero todas estas palabras les parecían como desatinos y no les creían.

Para Lucas la primera aparición de Jesús no fue ni para Pedro ni para las mujeres, sino para los dos discípulos que iban camino de Emaús: Lc 24,13-16:

Aquel mismo día iban dos de ellos a un pueblo llamado Emaús, que distaba sesenta estadios de Jerusalén, y conversaban entre sí sobre todo lo que había pasado. Y sucedió que, mientras ellos conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran.

C. El añadido al Evangelio de Marcos, 16,9-20. Unos sesenta, o más años, después de la conclusión del texto original del Evangelio de Marcos, un escritor anónimo tuvo la osadía de añadir un complemento al Evangelio: los versículos 9-20.

Con un estilo muy diferente, el anónimo interpolador toma prestados datos de Mateo, Lucas y Juan y contradice descaradamente el texto anterior del propio Evangelio: sostiene que las mujeres sí anunciaron la nueva de la resurrección a los discípulos. Luego añade las otras noticias que toma de los otros evangelios:

• Del Evangelio de Juan recoge la idea de que Magdalena fue la afortunada que recibió la primera aparición del Resucitado (Mc 16,9; ¡en contra de Mateo y Lucas!).
• Del Evangelio de Lucas toma la noticia de que Jesús había expulsado siete demonios de la Magdalena y que se había aparecido a los discípulos de Emaús (Mc 16,12).
• Del Evangelio de Mateo asume lo del encargo de la misión universal de los apóstoles (Mc 16,15-18). El texto quedó así:

Jesús resucitó en la madrugada, el primer día de la semana, y se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a comunicar la noticia a los que habían vivido con él, que estaban tristes y llorosos. Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron. Después de esto, se apareció, bajo otra figura, a dos de ellos cuando iban de camino a una aldea. Ellos volvieron a comunicárselo a los demás; pero tampoco creyeron a éstos…

Es claro, por tanto, que en el siglo II, y gracias sobre todo al Evangelio de Juan y al final añadido del Evangelio de Marcos, se había impuesto ya la idea, contraria a la tradición defendida por Pablo y el Evangelio de Marcos primitivo, de que la Magdalena era una persona importante en el entorno de Jesús. Gracias a esta rectificación johánica y al acto osado del interpolador que manipuló al primitivo texto de Marcos, Magdalena adquiere ya en los textos canónicos una posición dominante entre las mujeres del entorno de Jesús.

El caso único del Cuarto Evangelio

4. El Cuarto Evangelio. El capítulo 20, que trata del día de la resurrección de Jesús, es sorprendente. Resumimos este texto amplio y bien conocido:

Magdalena, sola, no con otras mujeres, corre al sepulcro para ungir el cadáver del Maestro; lo halla vacío; se lo comunica a Pedro; vuelve al sepulcro, y allí cuando está dispuesta a todo por recuperar el cadáver, se le aparece Jesús a ella sola. No lo reconoce a la primera; cree que es el hortelano, pero cuando escucha su voz, sí. Quiere tocar a Jesús, pero éste no se lo permite con misteriosas palabras: “No me toques porque aún no he subido al Padre”.

En mi opinión, este relato tal cual está no es probablemente histórico, sino una escena ideal, simbólica en lo fundamental, compuesta por el evangelista más con intención de transmitir teología que historia. Ocurriría lo mismo que en los casos de la “Conversación con Nicodemo” (3,1-11) y el “Diálogo con la mujer samaritana” (4,4-41), que son representaciones ideales que describen, utilizando la peripecia de una persona, el paso de la fe imperfecta a la perfecta gracias a las palabras reveladoras de Jesús.

Así, la escena con María Magdalena junto al sepulcro tendría un significado simbólico parecido: lo importante para el evangelista es poner de relieve que la mujer pasa de un estado de fe imperfecta (no piensa que Jesús ha resucitado, sino que han robado su cadáver; confunde a Jesús con un hortelano; quiere tocarlo indebidamente) a otro estado de fe perfecta gracias a las palabras del Revelador. Entonces lo proclama “Maestro mío”, es decir, su salvador por medio de la enseñanza reveladora. María pasa también del deseo imperfecto de querer retener al Revelador en el mundo terrenal (simbolizado por su deseo de tocarlo) a aceptar la enseñanza de que Él ya no pertenece al mundo de la materia. Mientras está aquí, en el mundo, tras la resurrección, se presentará a los discípulos y les enseñará. Luego subirá al Padre.
Es claro que para la tradición del Cuarto Evangelio María Magdalena, y no otra mujer, tiene gran importancia, tanto como para dibujarla como una seguidora obediente de Jesús que merece transmitir ella sola la tremenda noticia de la resurrección. ¿Por qué ella? No lo sabemos exactamente, pero sí podemos afirmar que parece inútil ver en la escena del capítulo 20 cualquier significado erótico, así como tampoco en las Bodas de Caná o en la de María Magdalena al pie de la cruz. Ver en ellas el matrimonio de Jesús con María Magdalena sería en mi opinión no entender el significado general del Cuarto Evangelio, un texto de tono místico, a veces simbólico, y con ribetes de una cierto protognosticismo, al que se debe interpretar con mucha cautela.
A estos textos presentados en este breve capítulo se reduce todo lo que sabemos de María Magdalena según los evangelios aceptados por la Iglesia.

¿Ha sido censurada esta presunta relación íntima de Jesús con María Magdalena por la Iglesia?

Existe, según algunos estudiosos, otra posibilidad de explicar este silencio en el Nuevo Testamento sobre nuestro tema: en el siglo II hubo una fortísima corriente en la Iglesia cristiana a favor del “encratismo” , es decir, de la continencia sexual absoluta, pues se pensaba que ceder al impulso sexual y casarse podía ser un impedimento para la salvación. Y había también muchos cristianos que eran gnósticos, dentro de cuyo ideario general se abogaba por el no uso del matrimonio para no generar más “cárceles carnales” que sirvieran de prisión forzada de las almas/espíritus. Entonces –se argumenta-, como fue en ese siglo cuando se hicieron las ediciones actuales de los Evangelios, todas las alusiones a un Jesús casado fueron borradas de los textos por escribas de tendencias encratitas con el fin del que el Nuevo Testamento presentara a un Hijo de Dios absolutamente puro de todo contacto carnal.

Me parece, sin embargo, que este argumento de la censura no se sostiene fácilmente: no hay ninguna prueba de que en el siglo II se sometiera a una revisión general los textos del Nuevo Testamento, ni que se hiciera edición total alguna. En segundo lugar: no ha quedado la menor huella en los manuscritos de ese expurgo en sentido encratita.

Pongamos un ejemplo que lo aclare: a partir del estudio de ciertas modificaciones de los manuscritos del Nuevo Testamento, pequeñas o grandes –omisiones o añadidos de palabras o frases-, en pro de la ortodoxia que se iba formando, deduce la ciencia que hubo escribas que se dedicaron a “censurar”, o editar, ciertos pasajes del Nuevo Testamento, probablemente en el siglo II y después para acomodar su texto a una teología “ortodoxa” que se iba formando e imponiendo. De su acción quedan muchísimos restos en los manuscritos en forma de lo que se denominan “variantes textuales”. Y existen a centenares como han demostrado destacados estudios de crítica textual.

Un caso concreto: en el capítulo 2 del Evangelio de Lucas, en la escena de la presentación de Jesús en el Templo, se presentan las alabanzas al niño Jesús de dos personajes relevantes -Simeón y Ana-, que representan probablemente al judaísmo entero del Antiguo Testamento. En 2,33 dice Lucas: “Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él (Jesús)”. Naturalmente la expresión “su padre y su madre” podía suscitar alguna duda sobre la concepción virginal de Jesús, por lo que algunos copistas corrigieron: “José y su madre estaban admirados de lo que se decía de él”. Con esta versión no surgen ya las dudas.

Y así en muchos otros casos. Pero de variantes en los manuscritos acerca de la mujer o hijos de Jesús no hay ninguna, que yo sepa. Por consiguiente: el silencio del Nuevo Testamento no puede explicarse por un acto de censura de tendencia encratita, antimatrimonial, ya que no existen pruebas. La explicación más económica y sencilla es la arriba expuesta: no se hablaba del matrimonio de Jesús porque, en su vida pública al menos, Jesús no mantenía una vida marital, sea lo que hubiere hecho antes.

También se ha planteado la cuestión de que la Iglesia, al confundir desde san Gregorio Magno (finales siglo VI) diversas figuras de mujeres en los Evangelios hubiese intentado tapar el posible matrimonio de Jesús con María Magdalena. SE ha preguntado: ¿Hubo en esta mezcla alguna intención expresa por parte de la tradición de alterar la imagen de la Magdalena…, por ejemplo de silenciar alguna relación especial con Jesús, o de eliminar de la Iglesia el papel relevante de las mujeres o algo por el estilo? Sería posible, pero tampoco lo sabemos, aunque las hipótesis y fantasías no faltan. Pero son sólo eso, hipótesis, pues hemos ya afirmado que no hay pruebas de una censura expresa del texto de los Evangelios en el siglo II, de una edición nueva realizada con la intención de eliminar la función preponderante de las mujeres y con ellas la de la Magdalena.

Por último cito aquí aprobatoriamente el texto de JOSÉ MANUEL VIDAL, el director de Reoligiondigital que acompaña el texto de Irene Hernández Velasco en El Mundo 20 sep. 2012 p. 45

Célibe, según la Iglesia

¿Estuvo casado Jesús de Nazaret? La pregunta suscita morbo pero en el ámbito exegético está zanjada hace tiempo. Los biblistas serios (tanto católicos como protestantes u ortodoxos) sostienen, como la doctrina oficial de la Iglesia, que Jesús fue célibe «por el Reino de los cielos». «Todos los textos históricos parecen inclinarnos a que Jesús fue célibe y que su celibato es un signo escandaloso, de ruptura escatológica y de servicio a los pobres.

No por rechazo espiritualista de la carne ni por oposición a la mujer, sino todo lo contrario», sostiene Xabier Pikaza, uno de los más prestigiosos exegetas católicos, que acaba de publicar ‘Evangelio de Marcos. La Buena Noticia de Jesús’ (Verbo Divino), una investigación de 1.200 páginas. En esa línea se mueven los demás investigadores neotestamentarios. Como señala Pikaza, «los textos del Nuevo Testamento hablan mucho de la familia de Jesús. Hasta citan a ‘las mujeres de sus hermanos’. Pero en ningún momento aluden a una eventual mujer de Jesús. Entonces el matrimonio no podía ‘esconderse’. Si se hubiera casado, los evangelios lo habrían contado».

El papiro, auténtico según los expertos, sólo demuestra que, en el siglo IV, y en los ambientes gnósticos, se hablaba de un Jesús casado ‘místicamente’. Al estilo de Santa Teresa de Ávila, que habla de Cristo como de su esposo”.

Finalmente me queda por comentar el borrador del artículo de Karen L. King, en inglés, que como dije aparecerá en enero 2013 en Harvard Theological Review. Parte ha sido ya mencionado aquí añadiré alguna nota sobre lo nuevo. También comentaré las nuevas noticias sobre la posible falsedad del texto.

Ya falta poco para concluir este comentario

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid

 

http://www.antoniopinero.com

Álvaro Corcuera abandona la dirección de los Legionarios de Cristo


Álvaro Corcuera

 

«No cuento con las energías para gobernar», afirma el sucesor de Maciel

Será sustituido por el vicario general, el sacerdote alemán Sylvester Heereman, de 37 años

Redacción, 11 de octubre de 2012 a las 16:16

El máximo responsable y sucesor de Marcial Maciel al frente de los Legionarios de Cristo,Álvaro Corcuera, se retira «temporalmente» por motivos de salud. Según un comunciado de la congregación, Corcuera pidió al delegado pontificio, el cardenal Velasio De Paolis, «un tiempo de descanso» por padeceragotamiento.

Según la nota, el purpurado le ha concedido un tiempo «para que se recupere de cara al próximo Capítulo general» que tendrá lugar a finales de 2013 o principios de 2014.

Corcuera, de 54 años, será sustituido por el vicario general, el sacerdote alemán Sylvester Heereman, de 37 años, hasta la convocatoria del Capítulo

«No se trata de la dimisión de un oficio ni del nombramiento de un director general sustituto», subrayaron los Legionarios de Cristo en un comunicado, en el que precisaron que se trata de un «tiempo de descanso solicitado y concedido» a Corcuera, «que permanece con su cargo pero cesa en sus funciones hasta que sea convocado el próximo Capítulo general».

El portavoz de la Legión de Cristo, Benjamín Clariond, manifestó que Corcuera «sufre un agotamiento por el desgaste de estos años». Preguntado sobre qué hará Corcuera hasta los preparativos del Capítulo general, Clariond señaló que «no tiene un plan definido«.

La nota destaca que De Paolis explicó en una carta envida a los legionarios que estaba preocupado por la salud de Corcuera, «que realizaba su trabajo con frecuencia en unclima de sufrimiento y de incomprensión, lo que ha debilitado sus energías hasta el punto de hacernos temer que, de continuar así, podríamos comprometer su salud».

El cardenal, siempre según la nota, «viendo cómo se deterioraba su salud«, y antes de que ésta se viese más seriamente comprometida, «le sugirió» la posibilidad de que se tomase un tiempo de descanso. Corcuera se lo pidió y el purpurado se lo concedió.

Corcuera envió una carta a los legionarios en la que reconoce que «no cuenta» con la salud y energías necesarias para enfrentar «de manera responsable» las exigencias del gobierno general en el momento histórico actual de la Legión y del Regnum Christi. «Hace falta alguien que esté en plenas facultades de salud«, afirmó Corcuera.

De Paolis ha insistido «con claridad», según los legionarios, que Córcuera «sigue siendo el director general«. «Como se nota, no se trata de la dimisión de un oficio ni del nombramiento de un director general sustituto, sino solamente de una especie de «año sabático» o tiempo de descanso solicitado y concedido a Corcuera, que permanece con su cargo pero cesa en sus funciones hasta que sea convocado el próximo Capítulo general», aseveró De Paolis.

El sacerdote mexicano Alvaro Corcuera, de 54 años, fue nombrado sucesor de Maciel el 24 de enero de 2005, después de que el fundador de los legionarios dimitiera a los 84 años por motivos de salud.

La congregación de los Legionarios de Cristo fue fundada en México en 1941 por el sacerdote Maciel, condenado por Benedicto XVI por sus «gravísimos e inmorales» comportamientos y por la vida que llevó «sin escrúpulos y sin verdadero sentimiento religioso».

Desde antes de la muerte de Juan Pablo II, el cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, ya seguía los pasos de Maciel, pero no fue hasta el 19 de mayo de 2006 cuando ya como Benedicto XVI le castigó por los abusos sexuales durante décadas a seminaristas.

En marzo de 2009 ordenó inspeccionar la orden a cinco obispos -entre ellos un español, un chileno y un mexicano- y a principios de este año los Legionarios reconocieron que Maciel abusó sexualmente de seminaristas menores, tuvo «otros graves comportamientos» y varios hijos con diversas mujeres.

En mayo de 2010, el Vaticano difundió un duro comunicado sobre la triple vida de Maciel, en el que confirmó sus «gravísimos y objetivamente inmorales» comportamientos.

Para sanear la congregación, Benedicto XVI nombró al cardenal italiano De Paolis, quien en los últimos meses ha procedido a sustituir a la cúpula de los Legionarios.

La Legión de Cristo cuenta con 900 sacerdotes y 3.000 seminaristas y está establecida en dieciocho países, además de tener 70.000 miembros del Regnum Christi.

(RD/Agencias)

 

http://www.periodistadigital.com/religion/vida-religiosa/2012/10/11/alvaro-corcuera-abandona-la-direccion-de-los-legionarios-de-cristo-religion-iglesia-vaticano-maciel-paolis.shtml

VATICANO II «UN CONCILIO ESPECIAL Y ÚNICO!»: PIETRO DE MARCO


Las cinco jornadas «conciliares» del Papa

Con seis intervenciones sobre el Vaticano II, a cincuenta años de su inicio. A continuación, una nota de Pietro De Marco sobre el «paradigma externo» que condiciona la interpretación y la recepción de ese acontecimiento

por Sandro Magister

ROMA, 12 de octubre de 2012 – En los cinco días en que han coincidido el comienzo del sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización y la apertura del Año de la Fe, Benedicto XVI se pronunció seis veces sobre la cuestión que es la más controvertida y acuciante de todas: el Concilio Vaticano II.

Con acentos cada vez diferentes. Y con rasgos sorprendentes.

1. LA HOMILÍA DEL DOMINGO 7 DE OCTUBRE

En la Misa de comienzo del sínodo, durante la cual san Juan de Ávila y santa Hildegarda de Bingen fueron incluidos entre los doctores de la Iglesia, el Papa ha remarcado que «una de las ideas clave del renovado impulso que el Concilio Vaticano II ha dado a la evangelización es la de la llamada universal a la santidad».

Son los santos «los verdaderos protagonistas de la evangelización». Y continuó diciendo:

«La santidad no conoce barreras culturales, sociales, políticas, religiosas. Su lenguaje – el del amor y la verdad – es comprensible a todos los hombres de buena voluntad y los acerca a Jesucristo, fuente inagotable de vida nueva».

2. LA «LECTIO DIVINA» DEL LUNES 8 DE OCTUBRE

En la reflexión que pronunció ante los padres sinodales, luego del rezo de la Hora Tercia en la primera mañana de los trabajos, Benedicto XVI insistió en el primado de Dios en el «hacer» la Iglesia:

«Nosotros no podemos hacer la Iglesia, podemos sólo dar a conocer lo que ha hecho Él. La Iglesia no empieza con el ‘hacer’ nuestro, sino con el ‘hacer’ y el ‘hablar’ de Dios. Así, los Apóstoles no dijeron, después de algunas asambleas: ahora queremos crear una Iglesia, y con la forma de una constituyente habrían elaborado una constitución. No, ellos oraron y en oración esperaron, porque sabían que sólo Dios mismo puede crear su Iglesia. […] Como en aquel entonces sólo con la iniciativa de Dios podía nacer la Iglesia, […] también hoy sólo Dios puede comenzar, nosotros sólo podemos cooperar, pero el principio debe venir de Dios».

Se trasluce aquí, en la alusión polémica del Papa a una «constituyente», su crítica a la identificación hecha por algunos entre el Concilio Vaticano II y una asamblea orientada a dar una «constitución» a la Iglesia, en forma análoga a la de los Estados.

El investigador que más ha sostenido esta tesis, aunque también con todas las cautelas del caso, es Peter Hünermann, miembro de la Facultad de Teología de Tubinga, a cargo de un imponente comentario teológico al Vaticano II, editado en cinco volúmenes por Herder.

3. LA AUDIENCIA GENERAL DEL MIÉRCOLES 10 DE OCTUBRE

En la audiencia a los fieles celebrada el 10 de octubre, el papa Joseph Ratzinger recordó que la convocatoria del Vaticano II no fue motivada, como por el contrario aconteció en otros Concilios, por errores de fe que fuera necesario corregir o condenar, sino por el propósito de «presentar a este mundo nuestro, que tiende a alejarse de Dios, la exigencia del Evangelio en toda su grandeza y en toda su pureza».

En otras palabras:

«Lo importante hoy, justamente como lo era en el deseo de los padres conciliares, es que se vea – de nuevo, con claridad – que Dios está presente, nos protege, nos responde. Y que, por el contrario, cuando falta la fe en Dios, se derrumba lo que es esencia, porque el hombre pierde su dignidad profunda y lo que engrandece a su humanidad».

Como brújula para esta navegación, el Papa señala los documentos del Concilio, «al que es necesario retornar, liberándolo de una cantidad enorme de publicaciones que muchas veces, en vez de hacerlo conocer, lo tienen escondido».

4. EL PRÓLOGO A SUS ESCRITOS SOBRE EL CONCILIO

«Fue un día espléndido»: Así recuerda Benedicto XVI el 11 de octubre de 1962, en el prólogo a los dos volúmenes de su «opera omnia» con los escritos referidos al Concilio Vaticano II, de inminente aparición en Alemania.

Este prólogo fue anticipado por «L’Osservatore Romano» en la tarde del miércoles 10 de octubre. En él, el Papa entra más que nunca en lo vivo de la controversia.

Dado que “Juan XXIII había convocado el concilio sin indicarle problemas o programas concretos” y que ésta fue “su grandeza y al mismo tiempo la dificultad”, el Papa escribe que había sin embargo «una expectativa general».

Y la retoma así, reconociendo de nuevo sus límites:

«La Iglesia, que todavía en época barroca había plasmado el mundo, en un sentido lato, a partir del siglo XIX había entrado de manera cada vez más visible en una relación negativa con la edad moderna, sólo entonces plenamente iniciada. ¿Debían permanecer así las cosas? ¿Podía dar la Iglesia un paso positivo en la nueva era? Detrás de la vaga expresión “mundo de hoy” está la cuestión de la relación con la edad moderna. Para clarificarla era necesario definir con mayor precisión lo que era esencial y constitutivo de la era moderna. El ‘Esquema XIII’ no lo consiguió. Aunque esta Constitución pastoral afirma muchas cosas importantes para comprender el ‘mundo’ y da contribuciones notables a la cuestión de la ética cristiana, en este punto no logró ofrecer una aclaración sustancial”.

Pero inmediatamente después de esta nota crítica a la «Gaudium et spes», el Papa prosigue de este modo:

“Contrariamente a lo que cabría esperar, el encuentro con los grandes temas de la época moderna no se produjo en la gran Constitución pastoral, sino en dos documentos menores cuya importancia sólo se puso de relieve poco a poco con la recepción del concilio”.

Esos dos documentos son la Declaración “Dignitatis humanae” sobre la libertad religiosa y la Declaración “Nostra aetate” sobre la relación con las religiones no-cristianas.

Respecto a la «Dignitatis humane», Benedicto XVI pone de manifiesto lo que ha sostenido muchas veces, también contra las objeciones de los lefebvristas y los tradicionalistas. Esto es, que el Concilio contradijo efectivamente el magisterio de los Papas de los últimos siglos, revelándose «insuficiente», pero para retornar a la tradición originaria, al principio de la libertad religiosa promovido por los primeros cristianos en el mundo pagano de la época.

Según Benedicto XVI, fue «ciertamente providencial» que, luego del Concilio, haya habido un Papa como Juan Pablo II, procedente de la Polonia comunista, es decir, «de una situación parecida a la de la Iglesia antigua, de modo que resultó nuevamente visible el íntimo ordenamiento de la fe al tema de la libertad».

En cuanto a «Nostra aetate», Benedicto XVI escribe que “inauguró un tema cuya importancia todavía no era previsible en aquel momento”. Pero pone de manifiesto también el límite:

“La tarea que ello implica, el esfuerzo que es necesario hacer aún para distinguir, clarificar y comprender, resulta cada vez más patente. En el proceso de recepción activa poco a poco se fue viendo también una debilidad de este texto de por sí extraordinario: habla de las religiones sólo de un modo positivo, ignorando las formas enfermizas y distorsionadas de religión, que desde el punto de vista histórico y teológico tienen un gran alcance; por eso la fe cristiana ha sido muy crítica desde el principio respecto a la religión, tanto hacia el interior como hacia el exterior”.

5. LA HOMILÍA DEL JUEVES 11 DE OCTUBRE

En la Misa de inicio del Año de la Fe, el Papa ha confirmado que la voluntad de los padres conciliares era «presentar la fe de modo eficaz; y si se abrieron con confianza al diálogo con el mundo moderno era porque estaban seguros de su fe, de la roca firme sobre la que se apoyaban».

Pero después sucedió que, «en cambio, en los años sucesivos, muchos aceptaron sin discernimiento la mentalidad dominante, poniendo en discusión las bases mismas del ‘depositum fidei’, que desgraciadamente ya no sentían como propias en su verdad».

Si entonces hoy la Iglesia propone un Año de la Fe – continuó diciendo – «no es para honrar una reiteración, sino porque hay necesidad, más todavía que hace cincuenta años».

En estas décadas ha avanzado una «desertificación» espiritual. «Y en el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza».

En cuanto a las contraposiciones, en la interpretación del Concilio, entre el espíritu y la letra, entre la continuidad y la ruptura, el Papa se expresó de este modo:

«He insistido repetidamente en la necesidad de regresar, por así decirlo, a la ‘letra’ del Concilio, es decir a sus textos, para encontrar también en ellos su auténtico espíritu, y he repetido que la verdadera herencia del Vaticano II se encuentra en ellos. La referencia a los documentos evita caer en los extremos de nostalgias anacrónicas o de huidas hacia adelante, y permite acoger la novedad en la continuidad».

6. LA BENDICIÓN EN LA TARDE DEL 11 DE OCTUBRE

Por último, la tarde del jueves 11 de octubre, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio, en una plaza San Pedro llena de gente, con miles de luces pequeñas, como la tarde del 11 de octubre de 1962, día de comienzo del Concilio.

Habló improvisando, y lo hizo de este modo:

«Cincuenta años atrás, en esta misma fecha, también estuve aquí en la plaza con la mirada dirigida hacia esta ventana donde se asomó el buen Papa, el beato papa Juan, y nos habló con palabras inolvidables, palabras llenas de poesía, de bondad, con palabras que le brotaban del corazón. Estábamos felices, diría que llenos de entusiasmo.

«Se inauguraba el gran Concilio Ecuménico. Estábamos seguros que debía acontecer una nueva primavera de la Iglesia, un nuevo Pentecostés, una nueva presencia fuerte de la gracia liberadora del Evangelio.

«También hoy estamos felices, llevamos alegría en nuestro corazón, pero diría que una alegría quizás más sobria, una alegría humilde. En estos cincuenta años hemos aprendido y experimentado que el pecado original existe y se traduce siempre de nuevo en pecados personales que pueden también convertirse en estructuras de pecado. Hemos visto que en el campo del Señor está siempre también la cizaña. Hemos visto que en la red de Pedro se encuentran también los peces malos. Hemos visto que la fragilidad humana está presente también en la Iglesia, que la nave de la Iglesia está navegando también con el viento en contra, con tempestades que amenazan la nave. Y algunas veces hemos pensado: ¿dónde está el Señor? ¡Nos ha olvidado! Esta es una parte de las experiencias hechas en estos cincuenta años.

«Pero hemos tenido también la nueva experiencia de la presencia del Señor, de su bondad y de su fuerza. El fuego del Espíritu Santo, el fuego de Cristo, no es fuego devorador o destructivo. Es un fuego silencioso, es una pequeña llama de bondad, de bondad y de verdad que transforma, que da luz y calor.

«Hemos visto que el Señor no nos olvida. También hoy, con su modo humilde, el Señor está presente y da calor a los corazones, muestra vida, crea carismas de bondad y de caridad que iluminan el mundo y son para nosotros garantía de la bondad de Dios.

«Sí, Cristo vive, está con nosotros también hoy y podemos ser felices también hoy, porque su bondad no se apaga, es fuerte también hoy. Por último me atrevo a hacer mías las palabras inolvidables del papa Juan. Vayan a casa, den un beso a los niños y díganles que es del Papa. Con esto imparto de todo corazón mi bendición».

*

Hasta aquí las intervenciones de Benedicto XVI sobre el Concilio, en los días pasados.

Pero seguramente intervendrá todavía muchas veces. En una discusión que se ha hecho de nuevo muy acuciante.

La discusión es aguda también sobre lo que fue realmente el Concilio Vaticano II, hace ya medio siglo.

Del acontecimiento conciliar se ha impuesto en gran medida una lectura en la que han jugado un rol determinante los observadores externos, comenzando por los medios de comunicación.

En la nota que presentamos a continuación, el profesor Pietro De Marco somete a crítica justamente este «paradigma externo» que ha influenciado tan profundamente la interpretación y la recepción del Concilio más mediático de la historia.

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EL CONCILIO Y SU PARADIGMA EXTERNO

por Pietro De Marco

Bernard Dumont, director de la revista francesa «Catholica», lo ha confirmado. Todos los Concilios han experimentado el juego de las presiones externas por parte de fuerzas políticas, de grupos disidentes, etc. Sin embargo, el Vaticano II, también en este terreno, aparece como un Concilio especial y único.

Fue llevado a cabo en el momento en que los medios de comunicación de masas cruzaban un nuevo umbral, en el que el arte de la propaganda se dotaba de nuevos instrumentos técnicos. Lejos de distanciarse, los actores de este Concilio – la curia romana, los obispos, los teólogos y ante todo Juan XXIII – entraron en este juego. En esos sectores de punta de la cultura laica dominante, tanto «liberal» como marxista, se unieron a corrientes internas a la Iglesia de tipo modernista.

Ya durante el Concilio, el centro de información del episcopado holandés se transformó en un grupo de presión, con el nombre de «I-Doc», dirigido por Gary McEoin y Leo Alting von Geusau. Posteriormente, la revista internacional de teología «Concilium» funcionó como base de una red, cuya influencia se extendió a toda la Iglesia. La universidad de Lovaina hizo de centro motor de la que se convertiría en teología de la liberación. En síntesis, una red de «casas» ideológicas y de centros de irradiación eclesial aprisionó a la Iglesia también luego del Concilio, al menos durante quince años.

Ese encarcelamiento – como una jaula dorada y para muchos un hechizo irresistible – se debilitó posteriormente. Pero sólo con el pontificado de Benedicto XVI, rota esta jaula, se ha reabierto «el debate sobre lo esencial del Concilio, sobre textos y acontecimientos finalmente considerados en sí mismos y no a través de su construcción mediática”.

EL CONCILIO CONCEBIDO DESDE EL EXTERIOR

En efecto, lo que pensaron los medios de comunicación y la opinión pública sobre el Concilio Vaticano II en todo el período de su funcionamiento, incluidos los meses de espera, no es sólo un dato que ninguna reconstrucción histórica puede desvalorizar, tal como lo prueba el recientísimo volumen de Federico Ruozzi, «Il concilio in diretta. Il Vaticano II y la televisione», editado por la editorial Il Mulino. Es también un componente insoslayable de su interpretación.

Fue así inmediatamente. El «Concilio más allá del Concilio», fuera del aula y de los palacios vaticanos y romanos donde vivían y actuaban los padres conciliares, fue exaltado por la opinión progresista como la prueba de su inmediata conformidad con el mundo. Este juicio se solidificó en la historiografía. También la reconstrucción hecha por Alberto Melloni, en un libro del año 2000, del interés despertado en embajadas y cancillerías de todo el mundo por los acontecimientos romanos de la época, insiste sobre esta pertenencia y feliz subordinación del Concilio a la historia.

Nada nuevo, si en la celebración de esta conformidad con la historia no estuviese implícita una paradoja reveladora. La importancia de la relación entre el Concilio y la historia residiría efectivamente, por muchos juicios de ese entonces y de hoy, en la influencia en sí positiva de la historia y del mundo sobre el Concilio, no a la inversa.

No olvidemos que, por una serie de equívocos teóricos escondidos en afortunadas fórmulas del tipo «la autonomía de las realidades terrenales», el mundo, más precisamente el «mundo histórico», fue considerado en los años 70′ portador, en sí y por sí, de valores y de verdad.

Se sostenía que el mundo penetraba y cooperaba en un Concilio «abierto», a pesar de las resistencias de sectores de la Iglesia y de los partidos de la curia. Se veía actuar al mundo a partir del Espíritu.

Esta ósmosis con el mundo se convirtió en criterio de la interpretación del Concilio, divulgada con autoridad, también en forma anticipada e independientemente respecto a las resoluciones adoptadas en las sesiones de los obispos.

En los cuatro años del Concilio, entre 1962 y 1965, se creó entonces un desnivel, quizás un hiato, entre las intenciones y los contenidos de los diferentes documentos conciliares, por un lado, y su anticipación, descripción y recepción pública por el otro lado.

En la lectura pública del Concilio obran conjuntamente:

a) la ordinaria selección periodística de los hechos, es decir, de lo que «constituye noticia»,
b) la constelación de los «vaticanistas» católicos, muchas veces prestigiosos,
c) el trabajo capilar de los centros de difusión, ante todo intra-eclesiales y, de común acuerdo, extra-eclesiales.

A través de la acción del periodismo religioso, toda noticia del Concilio gira y califica. Este periodismo especializado termina dictando a todos los observadores las reglas de individuación y construcción de lo que cuenta en y del Concilio.

Se construye así un paradigma conciliar externo que arraiga en el mundo de los medios de comunicación y se consolida a un nivel tanto más elevado de reflexión: en el artículo, en la conferencia, en el ensayo de una revista especializada y en el libro.

Este paradigma, producido por el mundo y por efecto del mundo, se convierte en un verdadero y propio canon reconstructivo e interpretativo del Concilio. Y cada una de las «casas» internacionales, muchas veces compitiendo entre ellas, tenderá a ofrecer una versión propia, pero siempre dentro de un frente común.

Se ha sugerido, por la relación entre el Concilio y el marco histórico, la analogía de las ondas concéntricas que – como en un espejo de agua – desde el Concilio como única fuente, se extienden hacia el mundo y desde el mundo no sólo católico, vuelven al Concilio como reflejos o ecos del mundo.

Pero las fuentes que producen el movimiento son dos fuentes opuestas; hay también una fuente externa que intenta penetrar con sus propios impulsos hasta los padres conciliares. Y no todo se agota en los márgenes perturbados del Concilio.

Esto comporta, más allá de la metáfora, la existencia de una historia exógena del Concilio, junto a su historia interna y, de modo particular, la existencia de causas exógenas en la definición de su imagen y de su «espíritu».

EL ESPÍRITU CONTRA LA LETRA

Aún cuando en el post-concilio muchas de esas «casas» se extinguen o se transforman, el paradigma externo perdura con vida propia y se afirma tanto en la literatura teológica como en la divulgación, tanto en la pastoral como en las tesis de doctorado de las facultades teológicas.

Eso converge sustancialmente con lo que se invoca, en los ambientes militantes, como “espíritu del Concilio”.

Novedad, discontinuidad y futuro son los significados prevalecientes del «espíritu del Concilio». La coincidencia con el paradigma externo es revelador. Como la noción de espíritu evoca la distinción-oposición con la «letra», de la misma manera el paradigma externo elige lo que le sirve dentro de la «letra» de los documentos conciliares. Es canon en sí mismo. Se perpetúa como una narración funcional a la «revolución» conciliar.

Resulta fundamental, para reconocer esta praxis, la categoría de «gnosis política», elaborada por Eric Voegelin a partir del uso selectivo de las Sagradas Escrituras en el movimiento puritano, pero común tanto a toda cultura revolucionaria como a todo fundamentalismo en su relación con los textos fundantes.

Reveladora es también la terminología que en ensayos, congresos y grandes obras caracteriza el paradigma generado por los medios de comunicación externos al Concilio. Es la terminología del discernir, del separar del resto las «partes impulsadoras» o «portadoras» del Concilio, tanto las individualizadas en documentos, oportunamente examinadas y purificadas de «compromisos», como las postuladas como la intención «verdadera» de los padres conciliares.

El papado, algunos episcopados y algunos círculos teológicos y eclesiásticos se han mantenido siempre afuera de esta jaula. Roma la ha contrastado, no sin dificultad. Pero el paradigma externo – aunque sea en una versión debilitada o, para decirlo con Zygmunt Bauman, en estado líquido – condiciona todavía, luego de cincuenta años, la recepción difundida del Vaticano II.

Una de las construcciones del paradigma externo más sistemático y longevo, quizás porque está más organizada en términos de autopromoción, es la de Hans Küng.

UN CASO EMBLEMÁTICO: LA «ESCUELA DE BOLOÑA»

Entre los centros que actúan en torno al Concilio, antes, durante y después de su desarrollo, uno de los más activos e influyentes es el Instituto para las Ciencias Religiosas de Boloña, inicialmente denominado Centro de Documentación.

El éxito de este Instituto fue causado por el hecho del haber ofrecido una forma docta al paradigma externo descrito líneas arriba, intentando mostrar, con plena convicción y conformidad de otras inteligencias, que ese paradigma está en realidad fundado en la historia interna y en los textos del Concilio mismo.

La coronación de tal esfuerzo han sido los cinco volúmenes de la «Storia del Concilio Vaticano II», publicada en primera edición entre 1995 y el 2001, traducida en varios idiomas y devenida en obra de base en todo el mundo.

Es interesante releer cómo el Instituto boloñés llegó a ese resultado.

En los años ’60, sus estudios hacían eje en el Concilio de Trento, la reforma protestante y la reforma católica. El numen tutelar era el alemán Hubert Jedin, pero también un gran historiador laico italiano, Delio Cantimori. El monasterio de Monteveglio, en torno a don Giuseppe Dossetti, contribuyó a la reflexión del Instituto, y había ósmosis entre las investigaciones históricas y los estudios patrísticos e histórico-litúrgicos. La constelación italiana y europea de amigos y colegas estaba constituida por historiadores de la teología y de la Iglesia, por exégetas y por patrólogos. El conductor del Instituto, Giuseppe Alberigo, tenía la ambición de producir investigaciones de nivel inmediatamente internacional, según las exigencias que él consideraba que se planteaban a las ciencias religiosas de la Iglesia universal.

El designio era oponer la fórmula del Instituto a la de las facultades eclesiásticas, ante todo a las teológicamente romanas, competente en programas de formación, en dotaciones de libros, en temas y en métodos de investigación. La convicción era no ser inferiores a ninguno de los prestigiosos lugares franceses, belgas, holandeses y alemanes donde se hacía teología. En Boloña la teología era concebida como «saber histórico», practicando el cual se sentía más delante de las facultades teológicas, con sus enseñanzas de manual y doctrinales.

El cemento ideal del grupo era ciertamente la reforma de la Iglesia, pero separada respecto a las formas militantes del disenso católico de los años ’60 y ’70. La «Iglesia de los pobres» propugnada en el Concilio por el cardenal Giacomo Lercaro, arzobispo de Boloña, debía nacer de su reforma «in capite et membris», no por la agitación social e ideológica de los grupos.

El prestigio del Instituto derivaba, en consecuencia, de un trabajo conducido en un surco «ortodoxo» y destinado a un extendido movimiento y sentimiento conciliar presente también en las jerarquías de la Iglesia.

¿Por qué entonces esta expresión docta, entre las más aguerridas pero también cauta (al menos hasta fines de los años ’90), del «espíritu del Concilio», aparece hoy tan excéntrica respecto a la investigación del paradigma conciliar originario abierta en la Iglesia por Benedicto XVI?

Ofrece quizás una respuesta a esta pregunta el decaimiento, de década en década, de programas de investigación del Instituto, desde los «tridentinos» de los años ’60 a los actuales, luego de haber bloqueado durante largo tiempo el trabajo sobre la «Storia del Concilio Vaticano II», preciosa pero totalmente predefinida en los resultados. Esta «Storia» es efectivamente el monumento científico al paradigma conciliar externo, ya construido desde hace tiempo.

Pero hoy ese paradigma está en plena involución. Es obvia su banalización y licuación, entre clases «teológicas» improvisadas. Y los miembros hodiernos del Instituto boloñés, más polémicos y anti-romanos, más anti-dogmáticos y espiritualistas de cuanto lo fuera la generación de los maestros, parece que no se supieran oponer a esta decadencia objetiva.

Hoy, el trabajo historiográfico del Instituto resulta útil como todo trabajo académico, pero no es más orgánico y para nada sólido. Involuntariamente, sirve para la animación a distancia de un clero y de un laicado que no leen y que no sabrían cómo usar el trabajo producido por el Instituto. Similar suerte parece tocarle también a otros centros europeos.

MÁS ALLA DEL PARADIGMA EXTERNO

La vía de salida me parece obligada. La hermenéutica del Concilio debe mostrarse capaz de un avance metódico, de una rigurosa puesta entre paréntesis del paradigma externo, típico producto de un frente de intelectuales teólogos veteado de utopía revolucionaria y permeable al modernismo latente en la cultura religiosa europea. Una mezcla que ha generado una crisis tremenda en la Iglesia de los años ’60 y posteriores.

El verdadero equilibrio conciliar, el «interno», obedeció siempre, en última instancia, a una lógica de composición entre los fundamentos, es decir, la Tradición, y las reglas de su transcripción comunicativa para «el hombre de hoy». Los resultados fueron de distinto alcance, pero queridos conscientemente por los obispos del mundo.

Esta adaptación de los fundamentos a las esperas de una recepción produjo textos muchas veces duramente negociados, pero esos textos y la intención de todo el cuerpo conciliar, junto con la del Papa, constituyen el terreno y el objeto de la hermenéutica del Vaticano II. No lo que una intelligentsia ambiciosa arrancó de las manos de los obispos para exhibir los jirones en la vitrina de la modernidad.

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Pietro De Marco enseña en la universidad de Florencia y en la facultad de Italia central. Formó parte del cenáculo de eruditos del Instituto para las Ciencias Religiosas de Boloña, en los años de inicio.

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Los textos íntegros de las seis intervenciones de Benedicto XVI:

> La homilía del 7 de octubre

> La «lectio divina» del 8 de octubre

> La audiencia general del 10 de octubre

> El prólogo a sus escritos sobre el Concilio Vaticano II

> La homilía del 11 de octubre

> La bendición en la tarde del 11 de octubre

Y el discurso de Benedicto XVI, pronunciado el 22 de diciembre de 2005, sobre la hermenéutica del Concilio Vaticano II:

> «Señores cardenales…»

Traducción en español de José Arturo Quarracino, Buenos Aires, Argentina.

 

http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350343?fr=y

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