Lucas, nos ubica en el momento histórico-político del
momento en que el pueblo judío se encontraba. Era el primer censo ordenado por
el Emperador Augusto. Todos deben censarse cada uno en su lugar de origen. No
era como ahora, que nos censan, ahí donde vivimos y estamos. Así que les tocaba
movilizarse quisieran o no, cueste lo que cueste. Hasta donde sabemos no había
subsidio para el transporte en ese entonces.
José salió como pudo de Nazaret con María en estado de
embarazo, hacia Belén, la Ciudad de David en Judea. Este dato es para
indicarnos, que José era de “buena familia”.
Llegando a Belén, a María le llegó la hora del parto.
¡Vaya apuro! Y sin poder encontrar hospedaje, es que no tuvieron tiempo de
hacer las reservas, no es que no tuvieran con qué pagar, que eso quede claro.
José, era de clase, de “sangre azul” para mejores señas, (Lucas 2:4) como se
dice ahora, pero es que Él quería nacer pobre entre los pobres. Parece que a José
le llegó tarde la citación; entre enjalmar el burro, ayudar a montar a María,
salir a toda carrera, se le olvidó llevar los títulos para acreditar sus
credenciales, y pudiera ser atendido como se lo merecía.
Con el apuro de María, no tuvieron más remedio que
recibir el Niño, y envolverlo en unos pañales y lo acostó en un pesebre (Lucas
2:7). Lamento mucho, no poder escribir sobre la situación de calefacción o sea
del buey y la mula, pero es que Lucas, en su texto, no hace mención de ellos.
Lucas es muy parco, al hablar del nacimiento de Jesús.
Resalta la realidad del acontecimiento en un pesebre como espacio no “sagrado”
y lo irreligioso del Decreto del Emperador, que nos coloca a José y María con
el Niño, en una circunstancia que bien le hubiera pasado a cualquier grupo
familiar dentro de lo normal y corriente. Conociendo, que el que nació era
Jesús, el Mesías, Hijo del Altísimo, esto es visto como un sacrilegio, un
irrespeto, una profanación, alguien podría decir: ¡qué falta de Caridad!
El hecho real y de gran importancia es que Jesús nació
y se hizo pobre entre los pobres. ¡Hecho indiscutible!
Jesús, nació además de un pesebre, entre los más
pobres, de los pobres, unos pastores, desechados, marginado, considerados unos
delincuentes, ladrones, atracadores, rebeldes, contra el sistema operante,
sucios, mal olientes, muertos de hambre, borrachos, drogadictos, marihuaneros, degenerados
(últimos adjetivos de actualidad). Total, eran gente peligrosa, la sociedad
judía los rechazaba, además por su condición de supuestos “desplazados” o
“inmigrantes”, no le aportaban nada al Estado del momento, no cumplía con las
normas religiosas, no pagaban impuestos y menos cumplían la Ley, no se sentían
judíos, no tenían identidad, como tal, ni siquiera habían sacado “papeles” como
diríamos por aquí.
José y María estaban muy ocupados atendiendo a Jesús,
había llovido y recogieron agua para lavarlo, envolverlo en los pañales y
colocarlo en el pesebre (Lucas 2:7). Cuando José, siente que viene un tropel de
hombres con sus ovejas, se alcanza a preocupar, pues ya algunos clientes habían
pasado por la carpintería, comentando la situación que se presentaba con esos
desarrapados y que catalogaban como bandidos peligrosos.
Qué situación tan diferente de cómo los cristianos
celebramos el nacimiento de Jesús, en iglesias protegidas, calienticas, por el
roce humano, en medio de villancicos, luces, globos, pólvora, regalos, pero
para entre nosotros, música bailable y buena comida y bebida. ¿Qué decir de la
celebración en la iglesia? Al altar, donde supuestamente esta Jesús, ni los
niños y menos las niñas, se acercan, solo están los exclusivos, con sus
extrañas vestimentas, hay pan (comida) y vino, solo para algunos/as.
Es increíble que hayamos perdido la pista de quienes
fueron, eran y son los destinarios del mensaje, de liberación; los pobres
pastores, campesinos, los oprimidos, marginados y pueblo en general.
Es el Dios mismo, quien se dirige a ellos/as, “un
Salvador, el Mesías, el Señor” (Lucas 2:8-12); “el grande, el Altísimo” (Lucas 1:31:32).
Da la dirección y señales correcta: “Y les doy esta señal: encontrarán un niño
envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lucas 2:8-12).
Dios, en Jesús, se hizo pobre entre los pobres. No lo busquemos, donde no está. Por que nos empeñamos en buscarlo en lo alto, lejos de nosotros, de la vida cotidiana, en lo material, en lo humano. ¿Quién inventó lo divino, ¿Quién inventó lo sagrado, ¿Quién creo que la distancia entre lo divino y lo humano?
Son los pobres, quienes son evangelizados, son ahora nuestros evangelizadores. (Lucas 15:20)
“Hagan como ellos dicen, pero no como ellos hacen” Mateo 23: 3
Presbitera católica
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