La Comisión Permanente de Liturgia y Música acuerda solicitar de la Convención el uso provisional de un rito para bendiciones de parejas del mismo sexo


La SCLM llamará a la Iglesia a reflexionar sobre el matrimonio.

por Mary Frances Schjonberg, October 19, 2011

[Episcopal News Service] La Iglesia Episcopal usará durante tres años un rito para las bendiciones de parejas del mismo sexo y durante ese tiempo estudiará su aplicación en conformidad con una resolución que la Comisión Permanente de Liturgia y Música (SCLM, por su sigla en inglés) ha convenido en proponer a la reunión de la Convención General en 2012.

Durante ese mismo período la Iglesia también reflexionaría sobre su interpretación del matrimonio a la luz de los cambios ocurridos tanto en las normas sociales como en el derecho civil, si la Convención aprueba una resolución afín que la comisión propondrá, según la Rda. Ruth Meyers, que preside la SCLM.

Las decisiones de la SCLM son el resultado de 18 meses de trabajo en respuesta al mandato de la Convención General (a través de la Resolución C056), en colaboración  con la Cámara de Obispos, para recoger y crear recursos teológicos y liturgias para la bendición de las relaciones de personas del mismo sexo, sobre el cual informará a la 77ª Convención General que sesionará en Indianápolis en 2012.

La comisión presentará a la Convención 176 páginas de materiales, entre los que se incluyen un rito de bendición, un ensayo teológico sobre los problemas implícitos en la bendición de las relaciones [conyugales] del mismo sexo, un recurso pastoral para orientar a clérigos y laicos preparados que instruirían a parejas del mismo sexo para recibir una bendición (la Iglesia exige que las parejas heterosexuales participen también en asesoría premarital) y un manual para ayudar a las congregaciones y a otros grupos a discutir el rito y otros materiales.

La resolución que autorizará el uso experimental de tres años de esa liturgia también solicitará la continuación de «la generosa respuesta pastoral para hacer frente a las necesidades de algunos miembros de esta Iglesia» tal como se piden en la C056, dijo Meyers, e incluso permitir la adaptación del rito al uso local. Y la resolución pediría también que la comisión informe en la reunión de la Convención en 2015 sobre la manera en que se han usado todos los materiales.

Meyers agregó que el 15 de octubre ella y la comisión quieren invitar a la Iglesia a «recibir devotamente el material [de la bendición] como un recurso que esperamos será de utilidad para la Iglesia, pero [también] como un material de trabajo en proceso y no como un producto final y terminado, ni como una declaración definitiva».

«Hemos tenido un amplio proceso consultivo y en consecuencia hemos recibido aportes de varias personas, y [el material] aún debe llegar a toda la Iglesia», dijo ella a Episcopal News Service durante una entrevista telefónica desde Bloomington, Minnesota, un suburbio de Minneapolis, donde estaba reunida la comisión. «Este es un terreno nuevo para la Iglesia Episcopal, de manera que, en la medida en que usemos el material, esperamos aprender más, lo cual [a su vez] influirá en el contenido del material y eso nos ayudará a refinar la liturgia más aún».

La comisión decidió convocar a un estudio de tres años sobre el matrimonio como resultado de las respuestas recibidas durante los meses que dedicó a la elaboración de los materiales de la C056, según explicó Meyers.

«A lo largo del trienio, según hacíamos nuestro trabajo sobre esto, la gente nos hacía preguntas sobre cómo esto se relacionaba con la interpretación del matrimonio que la Iglesia ha tenido hasta este momento, y si esta liturgia misma pretendía ser un matrimonio», agregó. «La resolución nos pedía que elaborásemos una liturgia de bendición y eso es lo que hemos hecho, pero nos damos cuenta de que existe en la Iglesia una gran necesidad de reflexionar de manera más general —a la luz de los cambios sociales y las realidades culturales, y de toda una gama de cambios en el derecho civil— sobre cómo entendemos el matrimonio».

La labor sobre la C056 de la comisión se convertirá en parte de un informe que debe presentarse a la Convención, en el cual se detalle tanto su trabajo en todas las cosas que hayan sido de su competencia durante el trienio como cualesquiera resoluciones que proponga someter a la consideración de la Convención. Los informes de todos los comités, comisiones, agencias y juntas de la Iglesia se reúnen en lo que se conoce como el Libro Azul y el compendio se publica varios meses antes de la reunión de la Convención.

Meyers dijo que la comisión se propone pedirle a la oficina de la Convención General que publique los materiales relacionados con la C056 antes de la publicación anticipada del Libro Azul, de manera que pueda discutirse en la reunión de la Cámara de Obispos de marzo de 2012 y en las sesiones de adiestramiento de las diputaciones a la Convención General durante las reuniones provinciales previas a la Convención.

Desde que la comisión comenzó a debatir cómo proceder para cumplir el mandato de la C056, la SCLM ha llevado a cabo el «proceso abierto» que se pide en la resolución, agregó Meyers. Cuatro equipos de trabajo, que incluyeron a personas ajenas a la comisión, laboraron sobre los temas de liturgia, teología, cuestiones pastorales y cuestiones legales y canónicas. El equipo de trabajo litúrgico recibió, según Meyers, centenares de ritos de bendición, algunos de los cuales se remontan a la década del setenta. Luego de que el grupo elaborara una serie de principios para la revisión de los ritos, los leyeron todos y tomaron algunos [elementos] de algunos de ellos.

La SCLM terminó la primera versión de todos los materiales en junio y luego invitó a 133 episcopales a revisarlos. Valiéndose de un proceso a través de Internet, los revisores hicieron «extensos comentarios que ascendieron a miles», dijo Meyers. Los equipos de trabajo luego llevaron a cabo revisiones mayores basándose en esos comentarios.

El rito y los ensayos teológicos se debatieron durante la reunión de la Cámara de Obispos en septiembre. Los miembros de la SCLM, entre ellos los tres obispos que son miembros de la comisión (Tom Ely, de la Diócesis de Vermont; Pierre Whalon, de la Convocación de las Iglesias Episcopales en Europa; y John McKee Sloan, de la Diócesis de Alabama), han informado regularmente a la Cámara de Obispos.

En octubre de 2010, la comisión se reunió durante cinco horas con representantes de la I Provincia de la Iglesia para informarse sobre su experiencia con bendiciones [para uniones] de personas del mismo sexo.

Alrededor de 200 miembros de la Cámara de Diputados se reunieron del 18 al 19 de marzo en Atlanta para una histórica consulta de toda la Iglesia sobre las bendiciones [a parejas] del mismo sexo auspiciadas por la comisión. La SCLM había invitado a dos diputados, un laico y un clérigo, de cada una de las 109 diócesis y las tres áreas regionales para escuchar y reflexionar sobre la labor realizada hasta la fecha respecto a la encomienda que le hiciera la Convención General en 2009.

Bonnie Anderson, la presidenta de la Cámara de Diputados, dijo que la consulta de Atlanta resultó histórica tanto por el tema como por el gran número de diputados que nunca antes se había reunido fuera de la Convención General para debatir asuntos de la Iglesia y un tema que deba presentarse en la próxima reunión de la Convención.

La resolución C056 también pide a la SCLM que invite a la reflexión teológica y al diálogo respecto a su labor a todo el ámbito de la Comunión Anglicana. A los obispos de la Iglesia Episcopal se les pidió que discutieran la tarea de la Iglesia en referencia a la C056 con los obispos de cualquier diócesis con la que sostengan relaciones de compañerismo y con los miembros de los llamados «grupos indaba» de la Conferencia de Lambeth 2008.

Además, los principios teológicos y litúrgicos para evaluar los ritos para las bendiciones de relaciones [conyugales] de personas del mismo sexo (los resúmenes se pueden encontrar aquí) que la SLM elaboró para [cumplir con su encomienda de] la C056 se convirtieron en una encuesta que se le pidió a los obispos de la Comunión Anglicana que respondieran, ya fuese por vía electrónica o postal, o en el curso de una conversación con miembros de la comisión u otros obispos.

En agosto, Meyers y Ely pasaron medio día en Cantórbery, Inglaterra, presentando el trabajo de la comisión hasta ese momento ante la Consulta Internacional Anglicana de Liturgia (IALC).  El comunicado de la reunión de la IALC hacía notar que los dos miembros de la SCLM «oyeron a los miembros de la IALC en respuesta a la exploración [que hiciera] esa provincia [la Iglesia Episcopal] de las razones teológicas y los principios litúrgicos al objeto de la elaboración de ritos para la bendiciones de relaciones comprometidas entre personas del mismo sexo».

Gran parte del trabajo de la SCLM sobre la C056 ha sido financiado de manera singular. En julio de 2010,la Escuela de Teología Eclesial del Pacífico (CDSP) obtuvo una subvención de $404.000 de la Fundación Arcus para respaldar el trabajo. Mediante un contrato con la Iglesia Episcopal, la subvención hizo posible que la escuela con sede en Berkeley, California, ayudara a facilitar la labor de la comisión. Meyers es profesora de liturgia de la cátedra Hodges-Haynes de la CDSP y el Rdo. Louis Weil, profesor emérito de esa misma cátedra, es miembro de la SCLM.

En julio de 2011, la SCSP recibió $90.000 adicionales de la Fundación Arcus y una subvención de $75.000 de la Fundación E. Rhodes y Leona B. Carpenter para apoyar la conclusión del trabajo de la C056.In English

— La Rda. Mary Frances Schjonberg es corresponsal nacional de Episcopal News Service. Traducido por Vicente Echerri.

TEOLOGIA DE LA MUJER: P.GERARDO JARAMILLO G.


Me llama la atención la flagrante discriminación de sexos y la discriminación de género y teniendo muy presente el recuerdo de mi madre (una mujer buena en demasía y firme en sus convicciones religiosas como un padre de la iglesia, pensando en la Hermana Judith mi hermana, que se hizo Misionera Teresita, de quien no tengo sino argumentos de santidad, por la vida que llevaba en el convento y en los equipos de trabajo donde fungió su ministerio, en Lucila y Ligia, mis otras hermanas, buenas como el pan, pensando en mi esposa, mujer excepcional, en mis dos hijas y hasta en mi nieta, que han hecho las tres a una, de mí como un ídolo que les merece aprecio, admiración, deferencia y un amor que tengo que calificar de infinito, y pensando en esos apóstoles femeninos que constituyen el grupo ó movimiento USEMI,(Unión Seglar de Misioneras)  me he sentido motivado a emprender esta reflexión teológica sobre la mujer, una meditación acerca de la grandeza (a veces ni siquiera perceptible), de la mujer.

La discriminación y minusvaloración de la mujer es la que me hace pensar en su grandeza:

– Porqué en tiempos de Jesús, la gente se extrañaba de que un hombre hablase a solas con una mujer, como se dio en el caso de la Samaritana. Jesús hablaba con ella y hasta sus apóstoles se extrañaban de que el Maestro se encontrase hablando a solas con una samaritana.

– Por qué entre los judíos, cuando iban por la calle esposo y esposa, ésta tenía que ir dos o tres pasos atrás de su esposo. ¿Porqué?

-Por qué las mujeres de algunas naciones del Cercano Oriente tienen que ir por las calles cubiertas de pies a cabeza con esos hábitos, dejando solamente los orificios para los ojos? !Qué seres más extraños parecen esas mujeres con esos atuendos que las ponen en evidente inferioridad!

En fin, en los tiempos modernos, y teniendo en cuenta la cultura occidental, podíase pensar que la mujer está al nivel del hombre en los menesteres de política pero no es así. Con todo no es verdad. Vayan brevemente dos o tres ejemplos:

– El sueldo de la mujer siempre está por debajo del que se paga al hombre.

– La posición social de la mujer siempre se supedita al estatus dell hombre, la que se palpa sobre todo en los matrimonios.

– En fin, muy de tener en cuenta es que, a la mujer se le ha concedido el derecho al sufragio solamente ahora de cincuenta años para acá, cuando a un dictador se le antojó que para conquistar simpatía y votos, darle tal dereho a la mujer era una buena jugada política. Lo que destacamos no es la igualdad conquistada por la mujer, sino que como quiera que se vean las cosas, entre nosotros, cultura occidental, la mujer, todavía es una novata en política. Todavía es sorpresa ver que una mujer, así sea de armas tomar, se lanza a la candidatura de la Presidencia de la República, o a una Gobernación, o a una Alcaldía Municipal.

Para ver las dimensiones de la Mujer,

– Quiero mostrar, así sea someramente, el gran paradigma de la Mujer: La Bendita Virgen María.

Enumero sin tener en cuenta cronología alguna, a personajes femeninos del Antiguo y del Nuevo Testamento. No callo la afirmación de que también la mujer es sujeto de pecado, pero resalto cualidades muy palmarias:

– La comparo con las flores, para hablara de su belleza y enumero algunas de sus cualidades internas como su tino incomparable, su comprensión y tinte de corazón cuando se trata de gobernar o sencillamente de mandar.

Para cerrar la reflexión mostrando la grandeza moral de la mujer, enumerando casos concretos.

NUEVA HERMENEUTICA FRENTE A LA DESIGUALDAD DE SEXOS

Desde el Génesis se pone en desigualdad al hombre con la mujer: Parece que se quiere mostrar la inferioridad de ésta en relación con el hombre.

La verdad es que no podemos quedarnos anclados en hermenéuticas superardas, sino que tenemos que acogernos a las más modernas interpretaciones del Libro Santo. La verdad revelada se nos manifiesta pregresivamente, incluso a la luz de los avances del conocimiento lógico y hasta tecnológico del hombre. La verdad es que el hombre es igual a la mujer y que ésta es igual al hombre, como creatura de Dios, como ser racional, como la mitad de la naranja. Aunque, como lo veremos en muchos puntos, se hace casi eviente la superioridad femenina sobre la masculinidad del hombre.

La cosa revelada en toda esta doctrina, es que el hombre (Hombre- Mujer), fué infiel a Dios. De tal manera que lo esencial no es que la serpiente incitó, que la mujer consintió y que el hombre asintió en la invitación de la mujer. Si otra perícope nos narra algo similar pero poniendo primero al hombre como tentador, la realidad de lo revelado no cambiaría, quedaría en pie lo enseñado por el Espíritu Santo: El hombre (Hombre- Mujer), pecó, manteniendo la tesis central, se reivindica a la serpiente que representa al diablo, se reivindica a la mujer que aparece como la causa del estado del mundo y queda en pie, a secas, que el hombre (Hombre- Mujer) que en alguno de los principales momentos de la creación fué infiel al Creador. El hombre, pues, es igual a la mujer. Y no se puede afirmar en ningún momento, que sea más pecadora Eva que Adán, ni que Adán sea más pecador que Eva.

CUANDO DIOS HACIA EL MUNDO PENSABA EN LA MUJER………………..

En este punto de mi clase, se me viene a la memoria la expresión poética del cantautor Nino Bravo, quien en su canto a América, en forma poética o mística, si se quiere, dice:

“Cuando Dios hizo el Edén
pensó en América”…

Esta frase, de un hombre del común, me sugiere muchas cosas que quiero expresar:

– Cuando Dios hizo el mundo, cuando lo dió a luz, pensó en la mujer, en la que pondría todas las cosas bellas de la creación.

– Cuando dió a luz la luz, pensó en la mujer quien daría a luz al Verbo su Verbo que era Luz. Y puso en la mujer todo lo grande y maravilloso que es dar a luz. Lo más maravilloso de la creación quedó como patrimonio de la mujer. La MUJER es una creatura Maravillosa, que al Parir está Creando, a una, con el Creador.

– Cuando maldice al demonio, piensa igualmente en que un día, un Hijo de Mujer quebrantará su cabeza, y piensa en la que en el tiempo será la Genitora de la Luz.

– Cuando Dios le dijo al hombre: “Dominad la tierra”, pensó en el proceso evolutivo que ha seguido el hombre hasta llegar a los pasmosos avances y descubrimientos de la era actual. Se puede pensar que las mujeres que paren Cerebros, paren al mismo tiempo las Fuerzas de Cambio y el Progreso de la Humanidad. En palabras más llanas, LAS MUJERES SON EVIDENTES GENITORAS DE LA EVOLUCION DEL HOMBRE, DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO.

¡Qué grande! ¡Qué asombrosamente grande es la MUJER!. Los seis mil millones de seres humanos, hombres y mujeres, para venir al mundo han debido pasar por LAS ENTRAÑAS DE UNA MUJER siguiendo el Proceso de Dios. Los seis mil millones de hombres entre hombres y mujeres TODOS SOMOS HIJOS DE MUJER. La mujer como es hoy y como ha sido siempre, es MADRE DE LA HUMANIDAD. ¡Qué grande es ser Mujer!

DEN PASO A LA MUJER!!!!!!!!!!!!!!

¿De dónde, entonces, ese apocamioento que ha sufrido la mujer en tantos períodos de historia como en las culturas de todos los tiempos?. Fueron aberraciones culturales de las que hoy lenta pero seguramente va saliendo la mujer como la diosa de la leyenda griega, cuando iba saliendo radiante de entre las olas procelosas del inmenso mar. ¡Qué grande es la Mujer! Pero no es suficiente decirlo. Es necesario vivirlo y reconocerlo.

¡Abran paso a la mujer!…Ya ha entrado en las universidades, y ha tomado la rienda en muchas profesiones, ya es presidenta de varias naciones. Díganlo, sino, Chile, Inglaterra, Argentina, Brasil, Panamá, Alemania e Israel en tiempos recién pasados.

MUJERES GRANDES

EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Dios ha tachonado todo el Antiguo Testamento de mujeres grandes al punto que la perícope “¿Quién encuentra una mujer fuerte? ” , que insinúa la escasez de mujeres grandes, ya aminora su rigor de regla para convertirse en excepción. Así,

– Aparece Sara, la esposa de Abraham, a la que se le puede llamar, al menos por extensión, “Abuela de los Patriarcas”.

– María, la hermana de Moisés, profetiza y guía a lo largo de la travesía por el desierto.

– Débora, la profetiza y cuarta Juez del Pueblo de Dios.

– Judith, que enjaezada con vistosas ajorcas, pulseras, anillos y aretes y embellecida para la conquista, se va al lecho del enemigo del pueblo y corta la cabeza de Holofernes de un golpe, para presentarla como trofeo de triounfo al ejército de los Hebreos.

– Ruth, la Moabita , estoicamente fiel con Noemí, fiel hasta las últimas consecuencias….

-Para concluir con María, la llena de gracia, la elegida por Dios para ser la Madre del Verbo de Dios, grande por encima de la grandeza de todos los elegidos de Dios.

EL GRAN PARADIGMA DE LA MUJER

Cuando el ángel la saluda, le dice precisamente: “Ave, gratia plena, dominus tecum..Dios te salve, llena de gracia, bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre”. María, lo más grande de la creación  de Dios es el máximo paradigma de la mujer. La grandeza del paradigma habla muy a las claras del sujeto paradigmático que es la mujer.

¿Que no conoce varón? Tranquila que: “El Espíritu    Santo te cubrirá con su sombra” .

Isabel la saludó como la Madre de “Mi Señor”, a lo que ella con humildad responde:

“Engrandece mi alma al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador,

Porque ha mirado la bajeza de su esclava.

Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones,

Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso, santo es su , nombre,

Y su misericordia es de generación en generación a los que le temen. Hizo proezas con su brazo,

Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones,

Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.

A los hambrientos los colmó de bienes, y a los ricos envió vacíos,

Socorrió a Israel su siervo, acordándose de su misericordia, de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre.

MUJERES GRANDES EN EL NUEVO TESTAMENTO

Con María, también aparece el  Nuevo Testamento tachonado de mujeres grandes o de grandes cosas protagonizadas por ellas, como:

– En una madre joven que reconviene a su hijo, cuando ella no es más que una niña y el niño reconvenido es el Hijo de Dios Padre, Dios como el Padre y como ell Espíritu Santo. El espectáculo para los ángeles debió de ser verdadero éxtasis, arrobo y estupor. “Tu padre y yo te hemos buscado con preocupación”. A lo que él contesta: “¿No sabíais que yo debo ocuparme acerca de las cosas que son de mi Padre?”.

-En una samaritana, que con estupor para los judíos, habla a solas con el Profeta. “Verdaderamente tú eres un profeta”, le dice convirtiéndose en una profetiza.

– En una pecadora arrepentida que lava con bálsamo los pies de Jesús, y los seca con su blanda cabellera.

– En una María que lamenta la ausencia de Jesús cuando ya ha muerto Lázaro. “Si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”.

-En esa mujer María, que sigue paso a paso a Jesús por el camino de la amargura, hasta verlo clavado, crucificado y puesto en alto en la cima del gólgota .

– En esa mujer, que en medio de los apóstoles recibe el fuego del Espíritu Santo el día de Pentecostés.

– En esa mujer que se va al cielo, que es virgen todavía después del parto y que ha sido purificada del pecado en el primer instante de su ser natural…Que lo expliquen los más modernos hermeneutas.

Negar el misterio porque no se entiende es la manera más ingenua de negar una verdad.

Se agotan las palabras para ponderar la grandeza de esta mujer, María, ante el hecho del misterio de la Encarnación del Verbo. Es decir, entre el hecho misterioso y aterrador de la Maternidad Divina. Ante este misterio todas las demás prerrogativas, gracias, dones, carismas, cualidades, etc., plenitud de gracias, son apenas pinceladas sueltas en esa cósmica pintura que es el universo.

El gran misterio de la Encarnación del Verbo ó de la Maternidad Divina de María, deja  todos los privilegios, dones y demás que adornan  a María , apenas como punticos brillantes ante la plenitud de gracia que significa para ella aquello de ser Madre de Dios, Deigénitrix…Teotocos.

LAS MUJERES SE COMPARAN A LOS ANGELES

Y extrajo Dios del cuerpo de Adán una costilla y con ella formó  un nuevo ser, parecido al de Adán, pero mucho más hermoso: De tener alas, hubiérase pensado que era un ángel. Lo adornaban todas las facciones de un ángel, delicado, tierno, amoroso. Adán admirado, dijo: “Esta sí es carne de mi carne y hueso de mis huesos”. Era Eva, la compañera de Adán, la madre de todos los vivientes.

Ambos a una fueron infieles a Dios y desde entonces la humanidad carga con ese pecado que llaman pecado original. El tendrá que laborar la tierra, cocreando a una con Dios y ella parirá con dolor todos los seres humanos que vengan a este mundo , hombres y mujeres, no sin dolor parirá a todo ser humano que Dios haya de crear, con todo: Mientras Adán crea cambiando la tierra y aportando fecundidad a la mujer, ésta crea aportando un elemento vivo, el óvulo materno nacido de  su propia entraña.

Eva:

– Es igual a Adán por naturaleza y por esencia.

– Es parecida a los ángeles por su ternura, amor y comprensión.

– Y es Cocreadora con el Creador por el aporte vivo de su propio cuerpo, el óvulo femenino.

¡¡¡Qué timbre de gloria y qué argumento de grandeza!!! LA MUJER ES GRANDE!!!

NO EXCENTA DE PECADO

La grandeza de la mujer, sin embargo, no la hace exenta de pecado, Eva como su esposo, llevan en si la proclividad al mal,y gozan por voluntad  de Dios, del don de la libertad. Hay toda una pléyade de santas, pero no podemos negar que también mujeres ha habido que han tocado fondo en el piélago del mal y del pecado.

Grandes santas fueron: Cecilia, Helena, Mónica, Clara, Catalina de Cena, Juana de Arco, Teresa de Jesús, Laura Montoya, Teresa de Calcuta, sin tener en cuenta las grandes santas del primitivo cristianismo.

LAS MUJERES

SON LAS FLORES DEL JARDIN DEL MUNDO

Ellas son de la familia de las flores….extremadamente amantes de las flores, son altamente parecidas a las mismas, pero se acerca más a la verdad decir, que las mujeres son las flores de este hermoso jardín que es el   Planeta Tierra.

Debajo de unos pétalos delicados, está el fruto o la semilla que multiplicará los frutos en el futuro. Así es la mujer, detrás de unas facciones bellas esconde nada menos que el germen de la vida.

Su belleza no es cualidad superflua. Son como los pétalos delicados que al tiempo que esconden la semilla, el fruto, el germen de la vida, lo hacen agradable, atractivo y apetitoso. Así , el atractivo femenino deja de ser un pecado de vanidad, la belleza de la mujer está relacionada con la prolongación de la especie humana.

A este propósito tenemos que decir que la belleza femenina debe de ser cutivada y debe buscarse como incentivo de prolongación  de la especie. Por tanto tenemos que decir que la belleza en la mujer más que un pecado, es un deber y más que un vicio es una virtud y una virtud que se debe cultivar.

Por supuesto que no nos referimos a la belleza de farándula sino a lo que se posee en el alma y que hace parte de la hermosura de ser MUJER.

Como las margaritas se menean al menor paso del viento, no hacen con ello otra cosa que buscar el polen que flota en el ambiente ó en el zumbido de las abejas, así la mujer que embellece su cuerpo y lo muestra en sociedad, no hace otra cosa que abrir caminos anchos a la propagación y prolongación de la especie,  en obediencia al mandato Divino de “Creced y multiplicaos”.

LIDERA TENIENDO EN CUENTA

ENTENDIMIENTO Y CORAZON

El hombre generalmente manda y es seco en sus órdenes. Da leyes y organiza códigos, códigos que nunca tienen fin. Consulta la mente para mandar. La mujer le supera en el estilo de liderar y conducir porque intuye más que el hombre en su circunstancia y porque es profundamente intuitiva , porque en toda circunstancia es mucho más comprensiva. Si sabe de leyes, lee más el espíritu que la letra. Hace más jurisprudencia que constituciones  férreas e invariables. “Dura ley sed lex es muy de hombres”. En cambio, Dura lex sed interpretanda est”, es más de las mujeres, dura es la ley, pero la ley tiene su jurisprudencia. El hombre consulta más la mente.La mujer en cambio consulta más el corazón. No olvidemos que hasta la Palabra de Dios, aunque es inmutable, tiene su hermenéutica. No por eso deja de ser sujeto de una hermenéutica profunda que la humaniza. Dios es un misterio que al expresarse al hombre se antropomorfiza. En cambio el hombre para ser entendido a lo divino, se teomorfiza. El mejor intérprete de Dios, el mejor teólogo, por esa razón tiene que ser un místico. Fué Pablo en que frase lapidaria expresó lo que nosotros tratamos de explicar: “La letra mata, pero el espíritu vivifica”.

Oh , si, la MUJER es grande porque es intuitiva, comprensiva, porque de las leyes hace la jurisprudencia…..porque es comprensiva.

SAL DE LA TIERRA

Fué a los apóstoles a quienes Cristo dijo: “Vosotros sois la sal de la tierra…pero si la sal se corrompe, con qué se salará?”.Traigo a colación esta sentencia evangélica para recordar que las mujeres en general son más ajenas a la corrupción. En la administración son más rigurosas, en la teneduría de libros son más meticulosas, en el trato los demás son más delicadas. Y en materia de ecología son más sensibles: Como las linfas conversan con el agua.
GRANDEZA MORAL DE LA MUJER

Cabe aquí una palabra sobre la grandeza moral de la MUJER, para lo  cual simplemente quiero enumerar hechos que son más dicientes que las palabras:

HECHO 1: En la clínica ó en el hospital, qué cuadros los que se ven,  Mujeres que se dan a la creatura que  acaba de nacer. Esa creatura indefensa que ya busca la leche materna es solo un complejo de amor con su mamá. La madre en toda su plenitud física , es un gigante moral  ante la total indefensión de una creatura, que no sabe sino un idioma, el del llanto.

HECHO 2: Pero destaco la actitud de un hijo  prematuro que está a muy pocos segundos de morir. La madre ha llorado, pero sostiene su bebé en agonía con una actitud  de sometimiento a la voluntad del Creador, que poduce verdadero pasmo en los que la rodean. ¿Cómo se llama ésto? ¡ GRANDEZA MORAL!

HECHO 3: Este aceptar con la expresión de Job: “Dios me lo dio, Dios me lo quitó”. Y luego de muertecito el niño prematuro , dice : “Apenas salió de mi seno para volar al de Dios”. ¿ Cómo se llama ésto?  ¡GRANDEZA MORAL!

HECHO 4: Esta señora que ha sufrido  una agonía de su hija a causa de un terrible cáncer que le produce los más espantosos  dolores, está ahí firme, con su rosario en la mano, presenciando los últimos momentos de agonía de su hija. Ora con los ojos en Dios y sin derramar una lágrima en el momento en el que el alma de su hija  se desprende de su cuerpo y se va hacia  Dios. Esto se llama  GRANDEZA DE ALMA, GRANDEZA MORAL.

HECHO 5: A una madre le entregan su hijo descuartizado. Manos y piernas separados de su cuerpo, y la cabeza, igualmente separada del tronco. Ella lo recibe, junta las diferentes partes del cuerpo y eleva una oración , y mientras otros buscan la manera de darle sepultura, ella está firme al pie de su hijo descuartizado. No llora aunque tiene el alma destrozada como el cuerpo de su hijo. Esto se llama firmeza de roca, GRANDEZA MORAL.

HECHO 6: Llevan al esposo a urgencias y desde la hora y punto la esposa o una   de las hijas, están al pie del papá, sin importarles la incomodidad, ni el frío, ni la imposibilidad para dormir. ¡QUE GRANDEZA MORAL LA DE LA MUJER!  Está junto a la camilla del esposo y si es una ó dos  ó más noches , la esposa está allí en vela con una constancia y entereza inigualables. ¡GRANDEZA MORAL!.

Centenares de casos  se pueden describir, solo comparables  con el caso de la bendita Virgen María, cuando veía que su hijo era clavado en la cruz,mientras permanecía enhiesta aunque  su corazón estaba atravesado por una cruel espada. Sólo pensabe en la salvación del mundo. Incomparable GRANDEZA MORAL!!!!.

Todo esto muestra con evidencia, cómo la grandeza morallas mujeres está muy por encima de la de los hombres.

CONCLUSION

Al principio de la creación, cuando Dios hizo la luz la bendijo “diciendo que era buena”. Luego, después de cada día, bendijo la obra “Reconociendo que era buena”. ¡Qué curiosidad! . Cuando al sexto día hizo al hombre: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, conforme a nuestra semejanza,….varón y hembra los creó”. (Gén.1, 16-7),  Dios no tiene la expresión:  «Y vió que era bueno”. ¿Esperaba la inminente caída por el pecado? Que lo digan los hermeneutas. Lo cierto es que en el Cantar de los Cantares, por medio del autor sagrado, con el tema místico de la Amada de Dios que es el alma que le ama, se deshace en alabanzas de la mujer, de su belleza y hermosura. No dice Dios “Que era buena, sino que transportándonos al Cantar de los Cantares  abunda en el tema : “Qué hermosa eres y cuán suave, oh amor deleitoso, tu estatura es semejante a la palmera” (7, 6-7) y tantas cosas más.

Bajo la forma mística de la amada, Dios, que se abstuvo de decir  que lo hecho bueno era, se excede en toda clase de alabanzas, en donde queda muy en alto la belleza, la grandeza, la altura y dignidad de la mujer que sale de sus manos.

Ella, la mujer, profetizará: “Me hizo grande el que es Todopoderoso”…y de la grandeza del paradigma participan todas.

ME HIZO GRANDE EL QUE ES TODOPODEROSO POR ESO BIEVENTURADA ME LLAMARAN TODAS LAS GENERACIONES. Dado que la encarnación del Verbo en cierto sentido es en el cosmos, en el planeta, haciéndonos un poco al sentir Teilhardiano de este gran misterio, también podemos agregaar, que la  Encarnación fué en la humanidad y por tanto fue en la MUJER.

Quiere de que la MUJER está mucho más cerca del gran misterio de la encarnación, más que nadie está inmersa en el proceso de la Cristificación cósmica…..¡Oh! por donde se la mire, ¡ LA MUJER ES GRANDE!

Gerardo Jaramillo González

Presbítero

Medellín, septiembre 2 de 2011

Fuente:http://gerardojaramillog.wordpress.com/

QUIERO UN PAPA QUE SEA CATÓLICO. Xavier Pikaza


Publiqué hace unos meses un libro sobre el papado: Historia y futuro de los papas. Una roca sobre el abismo (Trotta, Madrid 2006). El libro sigue suscitando diversas reacciones

Jueves 16 de agosto de 2007, por Juan Cejudo (actualizado el 14 de agosto de 2007)

En ese contacto, en el tiempo de descanso de verano (después de haber ofrecido una primera visión de conjunto de los temas: Imaginar cómo será el papa futuro: 21 de Julio), he querido rehacer las últimas páginas del libro para los lectores de Atrio que no tengan tiempo de leer el libro entero.

Fuentes: Atrio y Redes Cristianas

Espero que puedan reflexionar conmigo, porque el Papa no es lo que él cree, sino y sobre todo “lo que nosotros creemos que él es” (según la doctrina clásica de la receptio): no es el Papa el que nos hace a nosotros católicos; somos nosotros, católicos, los que hacemos un papa… o al menos podemos hacerlo, en la línea de Jesús.

Año 2007. Vuelta al origen Nuestra situación (el año 2007) se parece a la que había en el tiempo del Nuevo Testamento, como están poniendo de relieve los estudios de historia de la Iglesia primitiva:

(1) Hay iglesias que pueden compararse a las comunidades helenistas de los “diáconos” y luego de Pablo, por su apertura misionera y su novedad institucional. (2) Otras, como la judeo-cristiana de Jerusalén, más centradas en el primer “papa” que fue el gran Santiago, hermano del Señor, parecen centradas en el templo, buscando su propia santidad y esperando que vengas todos…

(3) Hay agrupaciones, más atentas al mensaje moral de Jesús (y menos preocupadas por su divinidad y por la estructura fuerte de la iglesia), como los primeros cristianos de Galilea, que querían vivir el mensaje de las bienaventuranzas. (4) Hay comunidades que se parecen a la iglesia del discípulo amado, con su experiencia de unidad carismática en el amor, con gran riqueza, pero con riesgo también de convertirse en grupitos piadosos.

(5) Hay, finalmente, grupos de cristianos diseminados por el ancho mundo, determinado por una feroz competencia económica, dominado en gran parte por el capitalismo… Grupos de personas que se sienten oprimidas en esta tierra y que, de alguna forma, evocan a Jesús en su vida, sin preocuparse mucho de estructuras eclesiales…En esa línea se extiende el ancho mundo de los pobre y marginados al que Jesús ofreció una esperanza de Reino de Dios.

Pedro no fundó todas esas iglesias… pero tuvo una función

Pedro no creó las diversas iglesias, pero las aceptó tal como eran, abriendo una base común de evangelio donde todas pudieran encontrarse, como ratifica Mateo 16, 17-19, cuando, desde su propia perspectiva y desde su lectura del evangelio de Jesús, pensó que las diversas iglesias podían encontrar una referencia a Pedro, como “signo de unidad”. No hubo primero Pedro/Papa y luego iglesias, sino al contrario: hubo y sigue habiendo iglesias, que sienten el deseo de unirse, de vivir en comunión de experiencias… y que buscan un signo de referencia mutua y pueden encontrarlo en Pedro.

Pablo fue importante… pero hubiera sido arriesgado hacerle eje de todas las iglesias, pues algunas no le hubieran aceptado bien. Lo mismo pasa con Santiago, el hermano del Señor. Pedro, en cambio, pudo ser vínculo de diálogo para todas las iglesias. Sobre ese modelo se fundó luego el papado…. Pero luego, ese mismo papado,, que ha tendido a interpretar su función en líneas de poder sagrado y no de comunión de Iglesias, imitando más al imperio romano que a Jesús.

Pues bien, hoy tenemos que rehacer el primer camino de la iglesia, desde las diversas comunidades que existen, al servicio del único evangelio. Eso significa que el Papa no puede imponer su tipo de uniformidad sobre los movimientos eclesiales (para asimilarlos), sino que ha ofrecer a todas ellas una garantía de unidad en la diversidad, de comunión de amor, desde los más pobres.

La iglesia de Jesús fue un lugar de encuentro múltiple, desde los pobres y expulsados de Israel y del imperio, al servicio de todos los hombres y mujeres… Pues bien, como signo de ese encuentro múltiple estuvo Pedro y ha de estar el Papa del que hablamos. Si la iglesia de Pedro quisiera presentarse como única (negando a las iglesias de Santiago y Pablo, del Discípulo amado y las mujeres), se destruiría a sí misma. Eso significa que las llaves de Dios son signo de unidad en la multiplicidad, de comunión en la diferencias, de diálogo en la diversidad, entre todos los que creen en Jesús, sin asimilaciones a la fuerza.

El Papa solo realiza la función de Pedro si está dispuesto a compartir el camino con todos los que confiesan que Jesús es Cristo, sea de un modo explícito (diciéndose cristianos) o implícito (asumiendo de hecho los valores de Jesús), sin imponer sobre ellos unos criterios de uniformidad doctrinal ni administrativa. Todavía no sabemos lo que podrá ser en el futuro, pero podemos y debemos imaginar su función, desde la perspectiva del mensaje y de la pascua de Jesús.

El Papa tiene que ser católico,

es decir, universal (cosa que no todos los papas de la historia han sido, a pesar de que se llamaran católicos). Ha de ser un hombre o mujer al que Cristo ha hecho capaz de vivir en comunión, no sólo con otros católicos y cristianos, sino con todos los hombres, asumiendo, sin negarlos o nivelarlos, los límites de los diversos ámbitos culturales, partiendo de los últimos del mundo, como hacía Jesús. Sin duda, el cristianismo se encuentra más vinculado a la cultura occidental, en cuyo surgimiento ha influido y con cuyos valores ha tendido a identificarse; pero desborda los límites de occidente y debe presentarse como signo de unidad, no de imposición o asimilación, encarnándose para ello en las diversas culturas actuales (haciéndose musulmán con los musulmanes, chino con los chinos etc.), a partir de los más pobres.

Más que la ortodoxia doctrinal o la unidad institucional importa en la iglesia la comunión entre todos los hombres, empezando por los pobres, sean de la religión que fueren. Esa es la ortodoxia real, que los hombres se amen puedan dialogar.. En ese sentido añadimos que, asumiendo y desbordando su propia tradición (hasta ahora muy platónica y jerárquica, muy romana y jurídica), el Papa debe ser testigo de unos valores universales que desbordan los limites de cada cultura y religión y se dan (pueden darse) en todas ellas, sin superioridad de unas sobre otras, porque la pobreza y la muerte une a todos los hombres y mujeres, por encima de sus credos.

Eso no significa que el Papa pueda ser al mismo tiempo chino e indonesio… sino que sea capaz de ofrecer un espacio de diálogo en el que todos puedan tener cabida. Por eso, lo que importa en la línea de Jesús no es el triunfo de un Papa que exprese los pretendidos valores cristianos de occidente, sino que todos los hombres y mujeres, de la cultura que fueren, puedan dialogar y acompañarse en los principios de la vida y la muerte, del pan compartido y la esperanza de futuro desde los más pobres (desde la periferia del imperio).

Sólo en la medida en que el Papa sea signo de una catolicidad no jerárquica ni impositiva, que se expresa (sin alzarse sobre nadie) desde los rechazados y marginados del nuevo imperio, se podrá llamar discípulos de Cristo. Por eso, tan pronto como se eleve sobre los demás, tan pronto como quiera declararse superior, dejará de ser cristiano. Como los restantes seguidores de Jesús, ha de ser signo de una catolicidad que se abre desde los pobres a todos los hombres y mujeres, en línea de amor concreto (entrega de la vida) y pan compartido.

Un papa que come y comparte la comida. Un papa que es pan de eucaristía. Lo que une a los católicos no es una serie de “dogmas” propuestos de un modo más o menos helenista (según los concilios), ni unas leyes fijadas en un Código Canónico, sino la “mutación” evangélica de Cristo (en nuevo modo de ser del evanelio), que se expresa en el amor mutuo y el pan compartido, en un perdón que no se ofrece desde arriba (como efecto de una misericordia clasista), sino desde los mismos pecadores perdonados.

En esa línea podrá haber un Papa que sea único siendo de todos. Que no quiera estar sólo, sino que pueda sentarse y se siente con los pobres y con otros representantes de iglesias, religiones y movimientos humanistas, sin buscar supremacías ni querer imposiciones, pero dialogando con todos. Sólo de esa forma podrá ser signo de evangelio.

En ese contexto se sitúa la declaración fundacional de la primera asamblea o Concilio de Jerusalén, donde los representantes de las comunidades (que no eran obispos), discutieron, dialogaron y terminaron poniéndose de acuerdo en lo fundamental, para declarar: «Nos ha parecido al Espíritu Santo y a nosotros…» (Hech 15, 28). Este «nos ha parecido…» significa que los cristianos se descubren impulsados por el Espíritu de Cristo y de esa forma «les parece bien» que las comunidades de línea paulina (aceptadas por Pedro) pueden abrirse a los gentiles, sin pedirles otra cosa que un mínimo de humanidad, para así poder compartirla.

Eso significa que “puedan comer juntos”, que haya pan para todos y que todos lo compartan. Está bien que el Papa rece, pero tiene que ser signo de comunicación total entre los hombres. Lo primero no es el Papa o los obispos, sino la eucaristía, es decir, la comunidad que comparte la comida recordando a Jesús, en apertura hacia los pobres. Para que se pueda celebrar esa comida, abriendo la mesa de la comunidad a los que buscan comunión (sea cual fuere su credo), cada iglesia escoge a sus presbíteros y obispos, quienes sólo podrán actuar como testigos mesiánicos si mantienen la comunión con las iglesias del entorno, en una red de comunicaciones multiformes y concretas.

Las celebraciones de la iglesia son siempre concretas, comunidad a comunidad, persona a persona. Pero, al mismo tiempo, ellas son universales, pues se abren, desde Jesús, hacia todos (creyentes y no creyentes). En ese contexto podemos y debemos recuperar la autoridad del pan compartido. Lo que une a los seguidores de Jesús no es un poder que nace de matar a los demás (sacrificios), ni tampoco una experiencia de concentración espiritual (como en algunas religiones orientales), sino el pan común, que es de todos y de cada uno, como amor donde la palabra se encarna en la comida. Ese pan es el Cristo, autoridad suprema: comida de cada día, pan democrático (de todos)… En esa línea, el Papa ha de ser ante todo un hombre o mujer de pan compartido, alguien que recuerde el valor de la comunión universal en torno a la comida.

Un papa que no quiere que todos sean como él (¡que aburrido sería!)

Deseo que los protestantes sigan «protestando», desde la raíz del evangelio, para que así yo (católico) pueda acoger lo que saben y dicen, desde su libertad creyente, desde su humanismo. Deseo que los ortodoxos sigann fieles a su tradición, mientras buscan y trazan su propio camino, en estos nuevos tiempos, pues sólo de esa forma puedo profundizar en mi ortodoxia. Quiero que todos nos unamos, pero no en la forma de unidad actual que representa este Papa de Roma (o mejor dicho los papas romanos del último milenio).

Debemos unirnos de otra manera, cada uno como es, con su liturgia y sus signos especiales, pero en diálogo de amor y pan compartido, aunque no tengamos un mismo modelo de iglesia, pues sabemos que todos podemos amarnos, estando todos al servicio de los pobres. Por eso hemos dicho que sería bueno dejar por un tiempo en el margen el tema del Papa, que el mismo Papa vaya moderando su activismo, para que las iglesias empiecen reconociéndose unas a las otras tal como son, sin exigir que hagan cambios externos en su organización, sino ayudándose todas a convertirse y cambiar en línea de evangelio (comunicación gratuita de la vida), al servicio de los pobres.

No tengo prisas por la unificación rápida de las iglesias, pues lo que quiero es que desplieguen con pasión evangélica y responsabilidad creadora su misión mesiánica. Sólo así podremos hablar y responder, ayudándonos mutuamente, para superar los grandes retos de la modernidad. No es preciso, ni siquiera es conveniente, que todas las iglesias comiencen aceptando al Papa, para que dialoguen entre sí, para que compartan el pan, para que se abran a los pobres del mundo. Pero todas pueden y deben juntarse en un plano concreto de protesta profética y amor evangélico, para que el avance técnico del sistema y la inmensa pobreza de grandes masas, la globalización administrativa y la marginación y muerte de una parte considerable de la humanidad, no se imponga inexorable sobre nosotros (¡que somos a veces muy escépticos!) y nos acabe destruyendo.

Por eso las iglesias han de crear y mantener redes de relación personal directa en la que puedan caber todos los hombres (sin preguntarles si son o no cristianos). En este contexto debe situarse ya para algunos la función del Papa como signo concreto de evangelio, un signo que los católicos pueden y deben ofrecer como modelo hermoso, pero sin imponerlo en modo alguno.

No todos tienen que ir a Roma… y Roma tiene que cambiar

La iglesia no es católica (universal) por ser una institución bien organizada (como podría ser quizá la ONU), ni por tener en su vértice un Papa, sino porque ofrece de hecho, en cada una de sus comunidades, vinculadas de forma solidaria, una experiencia y camino mesiánico de unificación entre los hombres y mujeres, desde su diversidad, partiendo de los pobres, sin imposición de una cultura o comunidad sobre las otras.

Según eso, el proyecto y tarea de la iglesia no es formar un grupo aparte, mejor y más sagrado que los otros, lleno de grandeza, sino ofrecer una palabra y desaparecer (si hace falta), pues lo que importa no es ella, sino el diálogo de amor concreto entre todos los hombres y mujeres, en clave de evangelio. De esa forma, el ecumenismo cristiano se volverá ecumenismo humano y las iglesias se abrirán, como espacios de palabra y pan compartido, para todos los hombres y mujeres que quieran comunicar y compartir su vida (en los signos del pan y la palabra). Frente a la globalización que vincula a los hombres en forma de mercado, distinguiendo a los que pueden comprar de aquellos que no pueden, conforme a unos principios de libertad capitalista, según los cuales se imponen los más fuertes (o el sistema sobre todos), aquí estamos proyectando una comunión personal, donde lo que importa es el gozo de la vida compartida y transmitida, por encima de la muerte.

En este contexto algunos han hablado de una noosfera (Teilhard de Chardin), un pensamiento común, que brotaría de la madre-tierra universal (que es Gea o Gaya). Yo prefiero abandonar la palabra «esfera», porque evoca un tipo de totalidad que puede volverse impositiva, para buscar otros símbolos que evoquen libertad y comunión: formamos un cuerpo (San Pablo), como una estrella de líneas abiertas en todas direcciones (Rosenzweig); somos un diálogo en la carne (palabra viva), pan compartida en esperanza de resurrección, venciendo así a la muerte.

Pues bien, como signo de esa comunión que nos viene de los comienzos de la historia cristiana, como recuerdo y memoria de grandes equivocaciones y de renovados proyectos, muchos pensamos que la Iglesia católica puede ofrecer a otras iglesias y al mundo la figura de un Papa (Papa-Mama, Amigo-Amiga…), en la línea de las reflexiones anteriores que, Dios mediante, quiero seguir exponiendo en un nuevo libro, ya más concreto, sobre las posibles tareas actuales más concretas del Papa o, mejor

 

http://www.somosiglesiaandalucia.net/spip/spip.php?article124

Espíritu de Asís (y/2). No es una feria, es un regalo de religiones


30.10.11 | 15:09.

Presenté ayer las cinco primeras tesis del diálogo de religiones, conforme al Espíritu de Asís.Retomo hoy el motivo y ofrezco las cinco siguientes, que se fundan (para nosotros cristianos) en la experiencia del Cristo (cristianismo), dentro del único mundo (cielo y tierra) que Dios ha creado (o que forma parte de un misterio sagrado).

— Ese encuentro no ha sido (no es) una feria de muestras (exposiciones) y ventas, sino un regalo de religiones; no se regatea o vende nada, ni se quiere exponer con propaganda; es una experiencia de humanidad compartida, mirando cada no al que tiene delante, codo a codo con los otros, para aprender juntos, para compartir y darse la mano (la alcuza de cristal, con don-aceite: Mt 25), con el Papa que es uno más (¡gran signo!) en el encuentro, sobre el único mundo de Dios.

— No es un espectáculo, donde cada uno va con su vestido, una partida de intereses (aunque los vestidos sean signo de comunicación), sino un espejo abierto de humanidad, donde cada uno quiere ver al otro como es, dándole su alcuza trasparente (¡el alma, una redoma!)sabiendo que Dios (Realidad suprema) es Uno, siendo múltiple, revelándose en el prójimo, es decir, haciéndose prójimo, en cada uno de aquellos que están a mi lado.

— Es una experiencia de humanidad en oración fraterna (hermanos pobres), como quería Francisco… Esa es la pobreza del no imponer ni defenderse con armas, la pobreza de estar todos de pie, ante el mismo Dios (Realidad, Misterio…), en un mundo que es don, regalo, gracia que somos (tenemos) en la medida que la (nos) damos. Que todo el mundo sea Asís, regalo de religiones

El diálogo de religiones no es un problema externo: Primero una religión sería lo que es (se define por sí misma), y después dialogaría con otras religiones. Nada de eso: La forma en que una religión “es” en sí misma determina y define su manera de relacionarse con las otras. (Cada religión es hacia fuera lo que es en sí misma).

Porque una religión no es un “sistema cerrado”, suficiente en sí mismo, aislado de los otros, sino un “camino abierto” de humanidad y experiencia de misterio (que es lo mismo), pues formamos parte de la misma Realidad (del mismo cosmos “divino”), de manera que las otras religiones forman parte de la nuestra, y los otros (musulmanes o budistas…) son como yo mismo, luces de una misma sinfonía de Luz Universal.

No se trata de buscar a las otras religiones sólo fuera (que también lo están: dejemos que cada una sea como es, para enriquecernos unos a los otros), sino dentro de nosotros mismos (de nuestra religión), descubriendo así (por ejemplo, desde el cristianismo) que Jesús vivió por todos, y por todos murió (cristianos y no cristianos), desde su religión que era judía.

Debemos hablar por tanto de un diálogo inter-religioso, pero también intra-religioso, encontrándonos por dentro (el budista o musulmán no está sólo fuera, sino dentro de mí mismo…), aportando experiencia de humanidad, que es experiencia del amor más grande (lo que nosotros llamamos Dios) y más abierto, más concreto (amar a los demás para que sean ellos mismos, cada una en su propia diferencia, siendo «como tú»: amarás al prójimo como a ti mismo, alguien que es distinto, siendo «tú», parte de mí).

Desde ese fondo se entienden las reflexiones que siguen, las cinco últimas tesis del Espíritu de Asís, que es el diálogo cristiano entre las religiones.

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FENOMENOLOGÍA DE LA REVELACIÓN: P.GUSTAVO BAENA s.j.


03.11.11 | 08:05. Archivado

Estamos ante un libro denso y programático: Una obra teológica de primera magnitud, escrita en lengua castellana; un acontecimiento editorial: Una descripción (fenomenología) de la posibilidad y sentido de la revelación (no de la religión en general), desde una perspectiva bíblica (cristiana):

Gustavo Baena,
Fenomenología de la revelación. Teología de la Biblia y Hermenéutica,
Verbo Divino, Estella 2011, 1248 págs. 
.

Cuando la revelación se hace teología, cuando la manifestación de lo divino se vuelve pensamiento… Así podría titularse este post. La revelación es un acontecimiento histórico; la teología una reflexión (hermenéutica de la revelación de Dios. Así lo ha entendido G. Baena, y así lo estudia con el instrumental que le ofrece el pensamiento trascendental (de tipo más kantiano) y experiencia existencial (categorial) del siglo XX.

En un tiempo en que apenas se escriben tratados, este libro es un verdadero tratado de la Revelación Bíblico, obra de referencia muy importante para biblistas y dogmáticos.

G. Baena no dice dice todo, ni lo dice en una línea que todos aceptarán; pero lo dice de un modo intenso, magisterial, programático, en la línea de los mejores textos de la tradición jesuítica, desde Colombia, donde ha ejercido un largo y fecundo magisterio.

El libro, perfectamente editado y presentado, de fuerte lectura, en lenguaje técnico. Recoge y reinterpreta, desde una perspectiva heideggeriana, siguiendo a Rahner, en diálogo con Bultmann, la mejor filosofía y teología de la revelación, interpretando, desde ese fondo, las tradiciones fundamentales del AT y del NT, vistos en su unidad, como Palabra de Dios.


Yo mismo defendí, hace ya cuarenta años, en la Universidad de Santo Tomás de Roma, una tesis con título y tema parecido:Exégesis y filosofía. El pensamiento de Bultmann y Cullmann(Casa de la Biblia, Madrid 1972). Me fundaba en Heidegger, presentaba la hermenéutica de Bultmann, y la reinterpretaba a partir de la visión histórica de O. Cullmann (y de J. Moltmann). Vinieron después otros tiempos, otras preocupaciones, y dejé en parte mi dedicación a la hermenéutica (en plano filosófico y cristiano).

Gustavo Baena ha seguido avanzando en aquella línea (de la mano de Heidegger, Bultmann, K.Rahner…), para ofrecer así, en la madurez de su larga docencia, una obra madura, enciclopédica, ejemplar, en línea de investigación. Ésta es, por lo que yo puedo saber:

— la mejor síntesis actual sobre la Revelación bíblica,
— tanto en un plano trascendental (en la línea de Heidegger y Rahner),
— como en un plano categorial (es decir, de análisisconcreto de Dios, en la Escritura)

En la culminación de su vida, G. Baena, jesuita de Colombia, maestro de teólogos y pensadores, nos ha ofrecido un compendio del sentido y trayectoria de la revelación cristiana.

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“Por una nueva espiritualidad”, XXVI Foro Encrucillada


Antonio Gómez González

Religión Digital

“La espiritualidad es una necesidad que se palpa a pesar de la secularización”. “Los tres ponentes, José A. Pagola, Teresa Forcades y Luis González-Carvajal, nos encantaron”. Este fin de semana participé en el XXVI Foro Encrucillada, nacido a la sombra de la Revista gallega de pensamiento cristiano, del mismo nombre, nacida como fruto del Concilio Vaticano II. Es norma de este foro el fomentar el diálogo entre fe y cultura en la perspectiva abierta por la Gadium et spes. Este año la asitencia desbordó las previsiones de los organizadores.

El salón del Auditorio de Galicia (Santiago de Compostela) resultó insuficiente para acoger a todos los matriculados. A pesar de las sillas colocadas en el escenario, hubo muchas pesonas de pie o sentadas en los pasillos.

Como muestra de la acogida del tema y ponentes elegidos unos detalles:

a) La directora de un Colegio: “Enhorabuena. Disfruté mucho con el foro y agradezco que nos brindeis oportunidades de este tipo. A mis profesores se les han abierto horizontes nuevos.”

b) “Como sabrás el día 4 cogí el avión en Málaga para llegar a tiempo al Foro. La verdad es que mereció la pena. Los tres ponentes nos encantaron. Incluso recordé tiempos de mi juventud más ilusionada, al concluir González Carvajal con una alusión al método de la “revisión de vida”

c) En la sala se habló portugués y me consta la presencia de un matrimoinio del país vasco.

Los organizadores acertaron en la elección del tema. La espiritualidad es una necesidad que se palpa a pesar de la secularización. Ésta justifica precisamente el adjetivo ‘nueva’ espiritualidad. Nueva porque ha de inculturarse en nuestro mundo y realidad sin excluir la realidad mundana. Nueva porque ha de entroncarse en la actividad laica de Jesús. Nueva porque no excluye su vivencia en la acción social y política, sino que las incluye como exigencia del mensage liberador de Jesús. Nueva porque, como indicó la presentadora del Foro, ha de abrirse al diálogo con otras espiritualidades laicas, escépticas y ateas.

Los ponentes también eran esperados y fueron acogidos efusivamente. J.A. Pagola como especialista bíblico nos presentó la espiritualidad (‘Una espiritualidad centrada en Jesús’), que ha de nacer del encuentro con el Jesús de los Evangélios, el Jesús compasivo y amigo de los pobres, de los excluidos; el Jesús que atrae a las masas y vive y comparte sus problemas y ansias de liberación; el Jesús que, sin romper con la tradicción judía, considera que el verdadero Dios prefiere el amor compasivo al rito o la norma; el sábado, el Templo de Jerusalén, no son lo promordial.

Teresa Forcades abordó, con su didactica clarividente y arrolladora, el papel de la mujer y las sucesivas interpretaciones de la verdad revelada y las vivencias históricas de la espiritualidad (‘Lo femenino en la espiritualidad’). Sus especialidades en medicina y teología hacen su discurso atractivo y clarificador. Subrayó el papel de la teología feminista como una teología liberadora de la situación de desigualdad de la mujer frente al hombre. Construyó su discurso en el papel vivido por María y la necesidad de clarificar nuestras creencias. Destacó el carácter primordial de la libertad de María en la anunciaón. Recibe una propuesta, pero el ‘hágase …’ es fundametal. Fundamental porque es una mujer quien recibe la propuesta y fundametal porque Dios propone, no impone.

Y la pregunta surgió. ¿Cómo vive su espiritualidad monástica? En los tiempos fuertes liturgicamente no admite invitaciones y es en esos momentos donde su reflexión se sedimenta y profundiza. Sus salidas del Monasterio son prolongación de su vida de oración y reflexión teológica.

Por la tarde, reflexionamos sobre ‘Espiritualidad y práxis cristiana’ de la mano de otro ilustre ponente, Luís González-Carvajal Santabárbara. Subrayaría el papel de la experiencia de Dios en los hechos cotidianos de la vida. Trajo a colación un texto de Wenceslao Fernández Flórez (http://perso.wanadoo.es/health/wenceslaolas7.txt).

La experiencia de Dios es una vivencia personal de un hecho vivido en la que, de algún modo reconocemos, vivimos unha presencia personal de Dios. Con ejemplos personales nos hizo comprender su mensage, destacando el método de la revisión de vida de los movimientos de Acción Católica como vivencia comunitaria. Ésta es nuestra fe. Teología para Universitarios – Sal Terrae , puede darnos una idea de su labor investigador. Va por la edición 21ª.

Los asistentes aprovecharon para que los ponentes les dedicasen alguna de sus obras. J.A. Pagola firmó ejemplares de su libro ‘Jesús. Aproximación histórica’, PPC, 2007, que se está traduciendo al ruso, croata y japonés, entre otros. Teresa Forcades, ‘La teología feminista en la historia’ (Fragmenta editorial, SLL).

Las ponencias se publicarán en el nº 175 de Encrucillada.

Fuente:www.redescristianas.net

Propuestas del tercer encuentro de obispos responsables de las CEBS con la articulación continental


Santiago de Chile, 10-12 de mayo de 2011
Las CEBs despliegan su compromiso evangelizador y misionero entre los más sencillos y alejados, y son expresión visible de la opción preferencial por los pobres. Son fuente y semilla de variados servicios y ministerios a favor de la vida en la sociedad y en la Iglesia. (DA 179).

Convocados por la sección de Parroquias, CEBs y Pequeñas Comunidades del CELAM, los participantes del Encuentro de las Iglesias de América Latina y El Caribe, iluminados y alentados por el Espíritu del Resucitado, hemos reflexionado acerca del camino que las CEBs han recorrido a partir de Aparecida y de los anteriores encuentros de Quito (2007 y 2009) en el contexto de la realidad actual eclesial y social de América Latina y El Caribe.

Identidad Eclesial y pertenencia comunitaria
En el diálogo hemos sentido la necesidad de reafirmar la identidad de las CEBs en un mundo globalizado caracterizado por el pluralismo, individuación y relativismo.
Afirmamos y testimoniamos lo que son las Comunidades Eclesiales de Base:
– Las CEBs son expresión viva de la koinonia, a imagen de la comunión Trinitaria entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

– Su centro es la persona de Jesús que vino a anunciarnos el proyecto del Padre, el Reino de Dios.

– Las CEBs son un espacio privilegiado para vivir, como discípulos-misioneros, el seguimiento de Jesucristo.

– Su referencia y raíz son las primeras comunidades cristianas reunidas en torno a la Palabra, la Eucaristía, la oración y la caridad como la de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2, 42), en tal sentido son célula inicial de estructuración eclesial (Med 15, 10; DA 178).

– Las comunidades guiadas por el Espíritu, viven una espiritualidad encarnada, dialogante y pascual.

– A la luz de la fe se discierne comunitariamente los nuevos paradigmas de los tiempos actuales para dar respuestas adecuadas a estos desafíos.

– Las Comunidades son fraternas y abiertas, comprometidas con los pobres, la justicia y el bien común, a la luz del magisterio de la iglesia, particularmente la Doctrina Social.

– Se vive la fe en comunidad de manera profética y misionera.

– En esta experiencia eclesial se promueven y propician los ministerios y servicios de laicos y laicas, en comunión y corresponsabilidad con los Pastores.

La Misión de las CEBs
Las CEBs, por esencia misioneras, han asumido los desafíos y procesos de la Misión Continental Permanente desde su experiencia y espiritualidad.

– Las CEBs como comunidad de bautizados están llamadas a ser presencia capilar de Iglesia y dar testimonio del amor de Dios en todos los ámbitos de la sociedad (RM50-51).

– Las CEBs reafirman la opción preferencial y evangélica por los pobres con particular atención a nuevos rostros y contextos de pobreza, “para que nuestros pueblos en Cristo tengan vida”.

– Las CEBs están comprometidas a ir al encuentro de los alejados, a los indiferentes y a los que alimentan descontento o resentimientos frente a la Iglesia (DA310), como un primer gesto evangélico de amistad y cercanía.

– Siguiendo el espíritu de Aparecida las Iglesias locales y las Comunidades están llamadas a continuar con audacia el relanzamiento de las CEBs y hacer surgir otras nuevas, configuradas en su identidad de pequeña iglesia.

– Las CEBs privilegian el acompañamiento a las familias en sus diversas situaciones ante las amenazas y ataques que representan ciertas corrientes de la cultura moderna y la precariedad y crisis económica.

– Las Comunidades tienen el desafío de una inserción inculturada y creativa en el mundo urbano y en particular de los jóvenes.

– En respuesta a los signos de los tiempos se comprometen activamente con el cuidado y la defensa de la vida y la cuidado de la creación (ecología, medio ambiente…)
– De la misma manera, se esfuerzan por apoyar a organizaciones y movimientos sociales en su lucha y compromiso por la vida digna.

– En cuanto comunidades pequeñas, abiertas y acogedoras favorecen de manera espontánea el diálogo inter-religioso y ecuménico.

Procesos formativos en las CEBs
Una prioridad de la vida de las CEBs es la formación de sus miembros y darse a conocer para que sean asumidas por todos los sectores del Pueblo de Dios.

– Es preciso elaborar itinerarios y procesos formativos, en el espíritu de la Misión Permanente tomando en cuenta la diversidad cultural, compartiéndolos con los diferentes niveles de Iglesia: CEBs, parroquia, diócesis y las Iglesias hermanas del Continente.

– Consideramos indispensable integrar en la eclesiología de comunión del Vaticano II, la referencia específica a las CEBs tanto en formación de los seminaristas y vida consagrada como de todos los agentes de pastoral y laicos comprometidos.
Comunión y Articulación de las CEBs entre sí y con las demás instancias de la Iglesia
La vivencia de la comunión de amor en y entre CEBs es signo e instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad del género humano.

– Anhelamos seguir fortaleciendo y creando espacios de comunión y articulación entre las CEBs a nivel parroquial, diocesano, nacional, continental y mundial.

– Con la finalidad de estrechar lazos más fuertes de comunión entre las CEBs y los Pastores deseamos que en cada Conferencia Episcopal haya un Obispo responsable del servicio de animación y acompañamiento a las CEBs.

– Para dar continuidad al camino realizado, asumimos el compromiso de organizar encuentros bienales entre los Obispos responsables de las CEBs y la Articulación Continental. Estos encuentros serían convocados por el CELAM y organizados en coordinación con la Articulación. (Primer semestre del 2013).

Ponemos nuestros anhelos y trabajos en manos de María de Guadalupe para que ayude a las CEBs a ser testigos valientes del Dios de la Vida en nuestros pueblos.

Publicado en www. equipemarins.blogspot

(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Ecleiales de Base)

Fuente:www.redescristianas.net

ESPAÑA: Rouco prohíbe una conferencia de Tamayo en una parroquia madrileña


José Manuel Vidal

Religión Digital

“Atentado contra la libertad de expresión”, dice el teólogo
“Hay una consigna para excluir, incluso de los edificios físicos, a los teólogos más libres”
“Se trata de otra muestra evidente, una más, de la bunkerización de los obispos más integristas que hacen piña a la hora de impedir el pensamiento teológico libre” (José Manuel Vidal).- “Esto es un abuso y un atentado contra la libertad de expresión”.

Al teólogo Juan José Tamayo le acaban de comunicar que el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha prohibido la conferencia que iba a dar en la parroquia de San Félix del barrio madrileño de Villaverde Alto, regida por los clérigos de San Viator. El arzobispado madrileño no adujo razones explicativas de la censura. El teólogo asegura que “hay una consigna para excluir, incluso de los edificios físicos, a los teólogos más libres”.

De hecho, ayer se conocía que el obispo de Bilbao, Mario Iceta, también prohibió al teólogo gallego, Andrés Torres Queiruga, que impartiese un curso en el Instituto de Teología de Bilbao.

Éste es el texto de comunicado que los organizadores de la conferencia enviaron por email tras conocerse la prohibición del arzobispo de Madrid.

“Por razones eclesiástico-institucionales ajenas a la parroquia San Félix de Villaverde Alto, la conferencia “¿Ha muerto la Teología de la Liberación? La opción por los pobres hoy”, que impartirá el viernes 11 de noviembre Juan José Tamayo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de la Universidad Carlos III de Madrid, no podrá celebrarse en la parroquia y tendrá lugar en la Biblioteca Pública María Moliner, ubicada en C/. Villalonso, 16, a las 19,30 hrs. La biblioteca está muy cerca de la Estación de RENFE Puente Alcocer. Pueden tomar los autobuses 22, 78, 86 y 139. Agradeceremos informar del cambio a cuantas personas estén interesadas en participar del taller. Les invitamos y esperamos”.

Según Tamayo, “se trata de otra muestra evidente, una más, de la bunkerización de los obispos más integristas que hacen piña a la hora de impedir el pensamiento teológico libre y progresista”. A juicio del teólogo, “esta actitud es muy grave, porque se están cerrando todos los espacios”. Y concluye, indignado: “Vamos a una Iglesia de Gregorio VII”.

Fuente:www.redescristianas.net

«DANZA CON DIOS» POR LA JUSTICIA EN LAS REVOLUCIONES DE FORMA NO VIOLENTA EN EL MUNDO Y LA IGLESIA: +BRIDGET MARY MEEHAN.


«Si no puedo bailar», Emma Goldman escribe: «No quiero ser parte de tu revolución».

Algunos están deprimidos en el estado del mundo y la iglesia. Hemos visto un movimiento hacia la democracia en la que el estilo de la monarquía-los gobiernos han caído como en la primavera árabe.

Hemos visto el reto del 99% al 1% que poseen una cantidad desmesurada de las riquezas del mundo en el Movimiento»Ocupar Wall Street»

Hemos visto a los dictadores en Egipto y Libia salir.
Lo hemos visto en el Movimiento Católico Romano mujeres sacerdotes católicos con más apoyo a la justicia de género en la iglesia, incluyendo sacerdotes.

Para algunos, este cambio de paradigma es aterrador y deprimente. Millones de personas han perdido sus empleos. La creciente brecha entre ricos y pobres se está ensanchando. Todo parece estar en el caos. Cambio que parece estar sucediendo en todas partes, a la vez.

Pero, tal vez, porque me encanta bailar, la imagen que mejor describe este fenómeno es una danza espiritual de Dios, la danza de la justicia en las revoluciones no violentas, las sacudidas de nuestro tiempo santo!

Al igual que Miriam, la pandereta en la mano, la que lleva a las mujeres, cantando y bailando, a través del Mar de los Juncos, después que los israelitas escaparon de la esclavitud en Egipto a la libertad, Dios está guiando la danza de los hombres de nuestro tiempo de la dominación y la opresión a la liberación y la justicia. (Éxodo 15:20)

En su oración alegre, el Magnificat, María, Madre de Jesús, nos recuerda que Dios siempre toma la iniciativa en la danza de la justicia para los marginados. «… Usted ha depuesto a los potentados de sus tronos y levantado a los humildes en alto. Usted ha llenado a los hambrientos con cosas buenas, mientras que a los ricos los despide vacíos. (Lucas 1» 46 a 58)

«Proclama mi alma tu grandeza, oh Dios, mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador», es la oración que eleva nuestro corazón al girar alrededor con Dios en la danza de las «santas sacudidas» de las estructuras injustas y sistemas de opresión . Ahora, en este «baile» oramos para que la voluntad de Dios nos revele los pasos para vivir plenamente en el círculo de la vida como hermanos y hermanas de todos/as.

Me parece que ninguna cantidad de la condena de los prelados, ni la presión ejercida por corporaciones de Wall Street o titanes ricos, ni los dictadores matando a los manifestantes pacíficos, se puede unir a Humpty Dumpty  de nuevo.

Es la hora de bailar con Dios por la justicia!

+Bridget María Meehan, ARCWP

http://bridgetmarys.blogspot.com/

HNA TERESA FORCADES: «NOS VEMOS EN GALILEA»


II CONGRESO INTERNACIONAL TERESIANO «Camino de PERFECCIÓN» Gertrudis de Helfta y Teresa de Jesús, cuerpo y subjetividad en la experiencia de Dios.

Una conferencia que mueve a la PLEGARIA, con el encuentro personal con Dios Entrevista a la revista «ALANDAR» – setiembre 2011

Teresa Forcades es monja benedictina, médica y teóloga. Tiene un doctorado en salud pública y otro en teología fundamental sobre la trinidad y el concepto de persona. Se hizo muy conocida hace un par de años por sus opiniones críticas sobre la gripe A, pero ése es sólo uno de los temas sobre los que resulta fascinante hablar con ella.

Entre sus publicaciones recientes, Los crímenes de las grandes compañías farmacéuticas (Cuadernos CiJ 141), La Trinitat, avui (Abadía de Montserrat, 2005) y La teología feminista en la historia (Fragmenta, 2007). Vicepresidenta de la Asociación Europea de Mujeres en la Investigación Teológica (ESWTR) (www.eswtr.org/es), es un referente en teología feminista, que “no es un subapartado: o toda la teología es liberación, o no es teología. O es feminista -entendiendo feminista como una identidad, para hombres y mujeres, a imagen de Dios, sin quedar coartada por ningún estereotipo-, o no es teología”. Cuando tenemos esta conversación, se prepara la conferencia bianual de la ESWTR, celebrada en Salamanca a finales de agosto sobre La teología feminista: escuchar, comprender y responder en un mundo secular y plural.

Las aportaciones de Teresa son conocidas en sus escritos y en su accesible –y muy recomendable- web (http://www.benedictinescat.com/montserrat).

Esta tranquila conversación en su monasterio de Montserrat trata de algunas de ellas. Me resulta especialmente interesante que comience el libro señalando que la teología feminista nace de una experiencia de contradicción. Es decir, algo que no queda fuera de la persona, lo que viene a significar que esta teología cuestiona tanto el objeto de estudio como quien estudia. Me gusta que lo plantees así, porque lo que menos me gusta es lo políticamente correcto, que significa “esto ya me lo sé, ya sé lo que tengo que decir y lo que tengo que hacer”. Creo que esto, en cualquier ámbito, es lo contrario de lo que tenemos que hacer. Lo que yo aprendo en la experiencia monástica es a vivir de este inédito de Dios. En palabras de Santa Teresa, son esas moradas, en cuyo centro está la cámara nupcial, imagínate, ¿qué es eso? Es el encuentro interpersonal, el encuentro amoroso; sólo puedes entrar allí si das el todo. Y si haces eso, las cosas cambian. Precisamente hoy nos dice el Evangelio que los zorros tienen madriguera, los pájaros tienen nidos, el hijo del hombre no tiene donde reposar la cabeza. Siguiendo esto, que cuando hagamos teología no sea desde ningún tipo de dogmatismo, sino desde la autenticidad de la experiencia. Creo que la teología feminista –y toda la teología de la liberación- es exactamente eso: poner en el centro la persona con su experiencia única. Quiero decir que, en tanto que experiencia, es algo que le afecta personalmente. Claro. Escribir este libro me costó lágrimas. Por ejemplo, cuando ves que Gregorio de Nacianzo denunciaba con enorme clarividencia algunos aspectos de la situación de las mujeres en el siglo IV que siguen igual en el XXI, como si Dios hubiera asignado a las mujeres unos roles que en realidad les ha adjudicado una evolución social de un determinado tipo. Esa percepción de que ha habido en la historia, generación tras generación, mujeres que se han sentido limitadas en su desarrollo personal a causa de estos estereotipos causa pena y congoja. Junto a esto, causa gozo ver que, también generación tras generación, a lo largo de la historia también ha habido personas que no se conforman ante esta situación. Aunque hay una reacción constante contra este anhelo, aunque muchas de estas experiencias acaban mal, el anhelo surge y tampoco cesa, porque mientras haya mujeres existirá este anhelo de ser lo que te parezca que tienes que ser, lo que Dios te dé a entender que tienes que ser. En más de una ocasión dice y escribe–la traducción en términos simples es mía- que la sociedad patriarcal no es cosa sólo de hombres.

Entiendo que esto significa que usted no asigna a las mujeres un papel de víctimas, sino de sujetos. ¿Es esto lo que distingue la teología femenina –hecha por mujeres- de la feminista?

Yo suelo explicar esto diciendo que para mí el patriarcado no es la sociedad que han hecho los varones en contra de las mujeres, sino la sociedad que hemos construido y mantenemos aún hoy, mujeres y varones, en tanto que vivimos nuestra vida adulta en continuidad con el patrón de subjetivación infantil, que tiene como referente la figura materna. A mí me convencen las teorías que sostienen que los niños y las niñas tienen género; y eso no se debe sólo a la cultura, es que lo tienen, porque tienen en su punto de mira de referente subjetivo a una figura que es la madre. Si soy niño, me percibo como distinto; si soy niña, soy como ella. Creo que esto es la base de la subjetivación infantil. La subjetivación plena, que es la adulta, no te viene dada desde fuera, sino que tienes que adquirirla desde la libertad. Da igual cómo empieces, pero si en la edad adulta vives aún con el referente materno, tienes mujeres que hacen de mamá a los hombres –en el trabajo, a su marido, al jefe, a quien sea, a todo el mundo- y hombres que “se dejan querer” y se aprovechan de esta situación en la que se sitúa la mujer, no sólo por presión social, aunque está claro que la sociedad puede ayudar –a hombres y mujeres- a superar el patrón infantil, o puede dificultarte muchísimo esta liberación. Esta perspectiva saca a las mujeres del rol de víctimas, en cuanto rol. Esto no significa que no haya mujeres víctimas de abusos que hay que denunciar. Eso es distinto que colocar a las mujeres en la sociedad patriarcal en un rol que no tiene en cuenta su papel activo. Es bastante común entre las mujeres preferir varones en los roles de autoridad, lo que debería hacernos reflexionar a las que queremos pensar desde categorías feministas. No para frustrarnos, sino para ser conscientes de que la fuerza que crea y sostiene la sociedad patriarcal no es coyuntural, sino que está enraizada en la propuesta de crecimiento personal. Y el precio es, en palabras de Fromm, el miedo a la libertad. Es muy bonito hablar de libertad cuando estás en tu sillón tranquilita, pero en la vida real, cuando te encuentras en una situación en la que no sabes qué hacer, te retrotraes al patrón infantil: tú haces de mamá y el otro se deja querer, que es donde encontramos una seguridad afectiva superficial, ficticia, que no satisface a la persona adulta. La teología, que es una reflexión sobre Dios, creo que enlaza muy bien con esta propuesta del feminismo porque es exactamente eso lo que el Evangelio nos dice: “Deja al padre y a la madre; si no odias al padre y a la madre, tú no puedes venir conmigo. Deja ya a la familia y mírame a mí, que soy amor y libertad total y absoluta y camina sobre las aguas”. Eso es fascinante cuando lo oyes, pero en la vida real quiere decir “atrévete a dar pasos que no sabes cómo van a acabar”. Eso creo que le da a la vida un dinamismo, un interés, al mismo tiempo que el miedo este. Seguir los caminos trazados tampoco garantiza no equivocarte… Claro, pero te parece que sí. En último término, el patriarcado es una cuestión de poder, de manera que supongo que la propuesta de la teología feminista, en cuanto teología de liberación, no es –dicho vulgarmente- de “darle la vuelta a la tortilla”, que el poder cambie de manos, sino cambiar dominio por comunión. Esto es fundamental. El reino de lo humano no podrá existir hasta que no estemos juntos hombres y mujeres. Este reino de lo humano no es el de los varones al que las mujeres solicitamos entrada. Yo no quiero ir a tu reino, que es un reino en el que tú has aceptado que la mitad de la humanidad esté por debajo. ¿Cómo va a ser eso el reino de lo humano? El reino de lo humano está allí y, si quieres, caminamos como compañeros a ver si llegamos, pero mi llegada feminista no será una llegada hacia ti, como varón, a ver si te alcanzo. Eso sería el feminismo burgués -o ni eso- y a mí no me interesa para nada. Mi idea no es pensar que hay un espacio de poder que ya está ocupado y vamos a ver si conseguimos meternos ahí dentro. Eso no me interesa para nada. Yo quiero vivir de otra manera; creo que esa utopía real está ahí, más adelante y es Cristo que nos precede a la Galilea, el Cristo resucitado que nos desconcierta, que dice “os encontraré en Galilea”, y ahí vamos con lo que tenemos, con nuestras dificultades, pero de ninguna es algo que ya sabemos lo que es, sino que lo vivimos en la medida en que lo experimentamos. No es que lo piensas primero y lo vives después, sino que es vivir desde la confianza, desde la fe. ¿Enlaza esto con otro tema muy suyo, la trinidad? Más allá de las “explicaciones” intelectuales y oscuras de la trinidad, nuestra experiencia humana es que, allá en el centro, somos irreductiblemente una, así que qué gusto ser esencialmente comunidad. Una sociedad, una historia, unas relaciones humanas construidas no sobre el dominio, sino sobre la comunión sí que serían imagen de Dios. No sé si se me va la olla relacionando temas… Para mí son temas muy cercanos. El cristiano, la cristiana adulta, hace de su referencia central no la madre, que ya hizo su trabajo y hay que dejarla descansar, sino un Dios que es comunión. ¿Qué quiere decir esto? En primer lugar, que la diversidad no es sub-óptima. Muchas filosofías, la más conocida de las cuales es el platonismo, han sostenido y sostienen que la unidad es óptima, la diversidad es sub-óptima; es la multiplicidad del mundo caído: nos diversificamos cuando estamos por debajo de la perfección; cuando llegas al uno, eso es monolitico. Pero el dios cristiano dice que no es así, porque ese uno es una falacia, es una quimera para el mundo cristiano, porque en el centro de la inteligibilidad de todo lo que existe coloca un dinamismo, una danza de tres irreductibles, por encima de los cuales no hay nada. Por lo tanto, la diversidad es óptima, es máxima, no hay unidad que la supere; lo que no niega la unidad, porque lo que ocurre es que no opone diversidad/unidad; formula una unidad que sólo es posible desde y en la diversidad: más unida, más diversificada. Y creo que esto no es una afirmación vana, sino que es la experiencia que hace todo el mundo cuando se siente amado. En una relación de amor no sabes dónde acabas tú y dónde empieza la otra persona, a la vez que potencia que seas tú misma. Son dos dimensiones que se viven simultáneamente. Que Dios es amor no es una metáfora, es una vivencia. La experiencia humana va por ahí y más iría si cambiáramos “o” por “y”, la adversativa por la coordinada, si cambiáramos el régimen de incompatibilidad de la libertad kantiana (tu libertad acaba donde empieza la mía) por la experiencia elemental de que los demás hacen posible nuestra libertad; las otras personas, de hecho, no son rivales, sino posibilidades. Claro, esta es una libertad capitallista: somos rivales; mientras más tengas tú, menos tengo yo, en las antípodas de la frase de Rosa Luxemburgo -“la libertad es siempre la libertad de quien piensa distinto”- o el ideal anarquista de que nadie será libre hasta que todos seamos libres. Volvamos a la Trinidad… ¿En qué sentido es sacramento el matrimonio? A veces he desarrollado esta idea para argumentar teológicamente la posibilidad del matrimonio homosexual bendecido por la Iglesia, que creo que no es contradictorio con nada de la teología. Soy consciente de que el magisterio actual no va en este sentido, pero la teología, como yo la comprendo en su profundidad no contradice eso. Respecto al matrimonio cristiano como sacramento, algunas personas consideran el punto capital de esa unión la complementariedad. Sin embargo, si decimos que es sacramento será porque es signo de algo, que es el amor de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu y esos tres no se complementan para nada. El Padre no le dice al Hijo “eres lo que me falta”. Esto no va así en la trinidad: el Padre le ama gratuitamente -no porque le falte nada- y esto es lo esencial de este amor. Eso es lo esencial de ese amor, como todo amor; si no, es una mercancía, un mercadeo. Es un amor que no puedes razonar. ¿Por qué amas a esa persona así? ¿Porque es rubia? ¿El día que se tiña, se acabó? Eso es una tontería. “Porque me hace sentir bien” Pues el día que esté de malas, tú ya puedes empezar a hacer aguas. No, es otra cosa. Las personas somos capacidad de ser y cuando tú te unes a otra con esa voluntad de caminar juntos, el camino queda abierto. Eso no quiere decir, por supuesto, que tengas que soportar una situación de abuso, pero eso es otra cosa. Esta visión de complementariedad creo que pone en cuestión la teología del matrimonio como sacramento, porque tiene que ser signo de algo y ese algo es el amor de Dios, tanto el intratrinitario como el amor hacia nosotros, que no es nunca de complementariedad. Esa es una de las afirmaciones de la teología cristiana, en contra de otras teologías y filosofías que vienen a decir que a Dios le falta algo y por eso nos crea. La teología cristana desde el principio dice que a Dios no le falta nada; es una creación gratuita, es puro amor. Esto es fundamental entenderlo. Eso no significa que, en lo concreto, uno tenga un don y otro tenga otro y que se complementen, pero eso es otro nivel, no es lo fundamental. Lo fundamental es que se reconozca un yo y un tú como distintos y al mismo tiempo capaces de unirse de una forma que va más allá de lo que podemos formular con palabras. Por tanto, lo esencial de ese amor sacramental, matrimonial cristiano, de pareja, como quieras llamarlo, es esa capacidad de reconocer en el otro a un tú irreductible y de tratarlo con respeto, para ser libertad humana, con que se tratan Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lo que es sacramental en las relaciones, sean de pareja sean de comunidad – nuestra comunidad, como cualquier comunidad cristiana también es en sí sacramento de ese amor- lo que las constituye como sacramento es esa dinámica del dar y el recibir: si tú tienes algo para dar, pues das y si no tienes, no pasa nada. Si se establece esa dinámica, tienes un entorno de compartir. Esto se contrapone a lo que podríamos llamar teología o antropología capitalista, en la que lo bueno es tener; si tengo para dar, soy y si no tengo para dar, no soy. Por tanto los pobres, ya se sabe que se quedan a la cola de todo. Es esa dinámica la que hace decir a Teresa “¿Qué queréis, Señor, de mí? (…) sea viña fecunda o estéril…” Si tienes algo para dar, das; si no, pides. Eso es lo que pasa en la trinidad, porque el Padre lo da todo y el Hijo lo recibe, y no está acomplejado. Lo dice claramente en Juan, 10: “Yo todo lo he recibido del Padre”. Pues vaya niñato, ¿no? Al menos que diga que tiene algo suyo. Y te miraría diciendo “Pues claro que no tengo mío, pero me lo da el Padre y yo lo acepto y en ese acto de aceptación me constituyo como sujeto en la relación”. Ahí hay mucho contenido, porque lo femenino normalmente se postula como receptivo y lo receptivo se subordina a lo activo, cuando lo receptivo puede ser más activo a veces porque supone la capacidad tal vez más profunda de activarse como sujeto receptor. Porque dar puede ser un acto externo a la persona. Dios es amor, estamos hechos para el amor y en cualquier situación que nos encontremos podemos amar, porque el amor no se va a adulterar. Recibir es compartir. Podemos dar porque estamos hechos a imagen de Dios y Dios es Padre (padre-madre, no es el nombre); podemos recibir porque estamos hechos a imagen de Dios y Dios es Hijo; podemos compartir porque estamos hechos a imagen de Dios y Dios es Espíritu. Entonces, en cualquier stuación en la que estés es posible cumplir la voluntad de Dios -que es amar- y en alguna de esas tres modalidades siempre lo puedes hacer. Por eso digo que la teología de la liberación, o la feminista, no es un subapartado: o toda la teología es liberación, o no es teología. O es feminista, entendiendo feminista como hemos dicho: una identidad, para hombres y mujeres, a imagen de Dios, sin quedar coartada por ningún estereotipo, o toda la teología es feminista, o no es teología. Puesto que el patriarcado es violencia, ¿la telogía feminista es en algún sentido teología pacifista? Yo creo que sí, por la falta de violencia intrínseca. Eso me remite a lo que Lacan y otros dicen: que el patriarcado tiene no sólo una violencia explícita, sino que tiene una implícita, que es encasquillar a la gente en unos roles que son externos. Y eso no puede ser, no queremos imaginar la posibilidad de crecimiento, de educación, de sociedad en la que los roles no permitan que cada cual se determine desde su interioridad. Dios nos deja hacer, aunque a veces nos determinemos de formas que Dios debe decir ¡qué desastre! Pero de ahí aprendemos la paciencia del amor, que acompaña sin suplantar, porque si suplantas, dónde queda el otro. En ese sentido profundo, dejar espacio. Hay una palabra muy bonita, técnica, que se usa en teología para referirse al amor trinitario, descrito como relaciones pericoréticas. Coreo es “espacio” y peri, “alrededor”; pericoreo significa “alrededor de”. Coreo es danza; coreografía, por ejemplo. Pericorético es, pues, un amor que no invade, te deja sitio, es el amor que dice “yo te amo en tanto te hago espacio para que tú seas. No te ato. Soy feliz si tú eres feliz, no si estás ahí mirándome, en función mía”. Eso no significa distancia ni contradice el amor erótico y ahí está el Cantar de los cantares. En el mismo fuego, la misma unión amorosa es amor pericorético. Es esa capacidad de respirar, de dejar espacio, de no anular al otro. Es fascinante que Dios nos enseñe amar así. ¿Cuál es la respuesta de la academia a sus propuestas? Hay dos niveles. Uno serían las facultades de teología, que en España, donde predomina la teología católica, son eclesiásticas y no pertenecen a la universidad civil. Aquí hay una dificultad clarísima -un recelo- y tendría que usar un término más fuerte: hay un espanto. Es una especie de reacción alérgica, un rechazo visceral, un miedo de estereotipos, de prejuicios arrastrados… En cambio -y por suerte- hay otros ámbitos, como la Asociación Europea de Mujeres en la Investigación Teológica, de la que ahora soy vicepresidenta, que en agosto hacemos el congreso este, que también es un ámbito de teología académica. No quiere decir que no tenga sus problemas, en el ámbito protestante y demás, pero da una posibilidad de diversificar lo que llamamos teología académica en el hecho de que haya facultades no controladas por el estamento eclesiástico, con lo que implica como ámbito de pensamiento libre, porque si no es libre no es pensamiento. Evidentemente, a mí, como teóloga católica y dentro de la Iglesia católica, no me resulta problemática mi responsabilidad de estar al día del magisterio, de tenerlo en cuenta. ¿Qué significa para mí que haya magisterio, cómo entiendo yo la función magisterial? La entiendo como función de unidad. Todo lo que hemos hablado del amor, del sacramento y de la plenitud cobra sentido en el seno de un todo, que no es uniforme, que es extraordinariamente diverso, pero que no se fragmenta en guetos. Creo que es fundamental entenderse en esa casa común, que tiene muchas habitaciones y tienes que dar espacio a cada cual. Yo ya no puedo pensar mi vida dejando de lado a las otras personas que no piensan como yo y eso es para mí la actualización del magisterio de unidad. De mi comunidad me gusta que pensamos todas diferente, lo que resulta problemático cuando tenemos reuniones, pero es esencial porque, si no, seríamos un grupo de amigas o un grupo que se ha autoseleccionado por tendencia ideológica; aquí hay gente de derechas, de izquierdas, feministas, no feministas, etc., pero vivir juntas en serio es un reto. En ese sentido, creo que cuando cada cual va por su lado nos perdemos algo. A mí me parece importante que exista el magisterio como función de consenso, como función de unidad, donde las afirmaciones que se hacen sobre el sentido de la vida sean afirmaciones que no salgan del magín peculiar y particular de un señor inspirado o una señora, sino que recojan todo un diálogo con Dios de siglos y yo a eso le tengo mucho respeto. Dice que “si la mayoría lo quisiéramos de verdad, la jerarquía sería diferente”. Me refiero a esta postura de “cuando el obispo quiera”. Oiga, no; si usted espera a que el obispo quiera para dar el paso, ya le digo yo que no va a dar ni uno, porque las cosas no van de arriba abajo, Claro que algunas van así, pero esas no son las que nos interesan; las que nos interesan no han ido nunca de arriba abajo, no ha habido ninguna revolución de arriba abajo, son todas de abajo arriba. El cristianismo va de abajo arriba y empieza donde empieza y Jesús se encarna como se encarna. No se encarna emperador, que hubiera sido más fácil: se encarna emperador y decide cómo tiene que ir todo. Pero se encarnó en el pueblucho ese, en la punta esa colonizada: un desastre a ojos humanos, pero ese es el reto a nuestra manera de pensar. En fin, que no estoy yo para quejarme de qué obispos tenemos, sino para ver cómo vivimos nuestro cristianismo de tal manera que todo tenga que cambiar necesariamente, pero para eso tenemos que estar todos en la onda. En algún sitio he leído, con perplejidad, que en algún momento de su vida había querido ser cura. Pues yo nunca he dicho eso, pero sé que alguien lo puso en mi boca en algún momento. Lo borro Sí, sí. Sí, sí. ¿Por qué las religiones, que tienen un mensaje de liberación, resultan tan patriarcales, incluso más que la sociedad? Tengo interés en ir estudiando más esto y no digo que no sea así, pero no me gustaría aceptarlo de entrada sin haber profundizado más. Yo tengo que oponer ahí mi propia experiencia. He encontrado unos espacios en lo que podemos llamar el ámbito religioso mucho más liberadores o al menos patriarcales en su día a día que en otros espacios, como por ejemplo la universidad y el hospital, donde las relaciones laborales son un desastre. Ahí las vacas sagradas son las vacas sagradas que, por supuesto, siempre son toros y el “niña” y las bromitas están al orden del día y lo que significa tener que aprender a hacer, dónde se toman las decisiones, por qué hay más estudiantes de medicina que “estudiantos” pero el porcentaje de catedráticas es un ridículo 1%. Que el discurso de la Iglesia está, digamos demodé, que a veces sale con unas cosas que mira tú y que el discurso de la sociedad parece súper, pero que a la hora de la verdad quienes se operan son las mujeres, quienes sufren por no dar la imagen como objeto de deseo son las mujeres, etc., pues no sé si menos que otras generaciones. Me interesa este estudio crítico de nuestra sociedad contemporánea como sociedad más liberada para la mujer, que en algunas cosas es obvio, pero en otras tal vez no tanto. No digo esto para hacer apologética, que es algo que a mí no me interesa, sino para intentar ver dónde está el problema. Por ejemplo, este monasterio tiene desde el siglo XIII una tradición ininterrumpida de mujeres viviendo solas, con un archivo que deja constancia de ello. El feminismo en general se queja de que se rompe la tradición, que tenemos que reinventar la rueda cada vez; bueno, pues hay ciertos ámbitos, no solo en la Iglesia católica, también, por ejemplo, en el budismo, donde ha sido posible crear estas tradiciones, claro que con dificultades y límites, pero en la sociedad secular esto en la historia no tiene un paralelo claro. Hoy en día el lenguaje no parece que salga del siglo pasado y no es muy apropiado, pero la realidad del respeto con el que te puedes sentir tratada en ciertos ámbitos, desde luego yo con estos monjes de aquí [Monserrat], mejor que con los compañeros de la universidad. Los monasterios tienen una historia como espacios de libertad (¿qué habría sido de sor Juana Inés o de Teresa de Ávila fuera de un monasterio?), pero la realidad de los cristianos comunes no es esa. Sé bien que hay parroquias en las que el párroco hace y deshace, pero la gente que no le gusta, se va. Tengo que decir que mi experiencia de comunidad parroquial también ha sido mejor que los ambientes laborales que antes decía. A mi esto me vale para plantear bien el problema y no quedarme en lo que es más visible. Intento no asociar Iglesia con jerarquía; no prescindo ni miro para otro lado, está ahí, pero eso no es para mí lo más importante de la Iglesia. Cuando, por ejemplo, miro grupos de base, no sólo en la Iglesia católica, veo que la gente que profundiza en su relación con Dios crece como persona y se ayudan mutuamente. Y suerte hemos tenido de que existan grupos como los cuáqueros, tan importantes, con Margaret Fell, que me dejaron muy fascinada cuando los conocí, cómo ya en el siglo XVII y con continuidad hasta hoy siguen con ese modelo no jerárquico, con una igualdad de género que casi dan ganas de hacerse cuáquera. Me llama la atención que cuando le preguntan dónde nació, una mujer de mirada tan amplia, respondes con el barrio. Sí, sí, así es: nací en Gracia [Barcelona]. Como me dijo una vez un amigo mío, también teólogo, nací en el barrio de Gracia, en la calle Libertad, que es exactamente mi tesis doctoral: solamente en el “barrio” de la gracia se puede vivir la libertad personal máxima. Parece que este año no ha habido gripe A. ¿En qué ha quedado todo aquel barullo? La supuesta vacuna de la gripe A se ha incorporado a la vacuna de la gripe estacional, pero lo que está claro es que esa pandemia terrible, asociada al miedo, no se aguantaba sobre ninguna base. Hubo muchos médicos y médicas que no lo siguieron, que yo creo que es lo que tenemos que hacer, tener siempre sentido crítico, con lo que regresamos al inicio de la entrevista: la experiencia de contradicción que no tiene por qué darnos miedo. Vivir es luchar, no en el sentido de violencia, sino no entender la vida diciendo “¿cómo es que no me sale todo bien?”. ¿A qué te crees que has venido? Una historia budista –contada en versión rápida- habla de un maestro que a quienes venían a consultarle, les decía “Mire, no me cuente su problema, porque usted viene a contarme un problema y yo quizá le pueda ayudar, pero luego le vendrá otro, porque todo el mundo tiene que tener 83 problemas, y yo con esos no tengo nada que hacer; yo sólo puedo hacer algo con el 84”. “¿Y cuál es ese?”, pregunta su interlocutor. “El problema 84 es que nos creemos que no tenemos que tener problemas”. Esta es la experiencia de contradicción, que creo que también es una manera contemporánea de expresar la humildad: pensar que es normal que tengas problemas, de modo que, cuando te viene uno, en lugar de poner el grito en el cielo, empieces a ver cómo se soluciona, sin quedarte en el lamento de ¡cielos, tengo un problema!

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